Cuatro métodos de análisis rápido permitirán el control sanitario de la miel detectando la presencia en ella de restos de fármacos utilizados para el tratamiento de enfermedades apícolas. Una tesis leída, el pasado 14 de julio, en el Vicerrectorado del Campus de Huesca valida, siguiendo las normas europeas (establecidas en la Decisión de la Comisión 2002/657/CE), estos procedimientos basados en métodos microbiológicos y de inmunoensayo para determinar la presencia de residuos de antibióticos y sulfamidas en ese producto. El estudio ha analizado además 92 muestras de miel presentes en el mercado español, de diferentes orígenes botánicos, y geográficos -tanto nacionales como importadas-, para determinar la incidencia de estas sustancias y evaluar el riesgo sanitario asociado a su presencia. La profesora de los estudios de Nutrición Humana y Dietética de la Facultad oscense de Ciencias de la Salud y el Deporte, Susana Menal, es la autora de este trabajo que ha sido dirigido por los investigadores del Área de Nutrición y Bromatología la Universidad de Zaragoza Carmen Rota y Juan José Carramiñana.
La tesis, titulada “Métodos rápidos microbiológicos y de inmunoensayo para la determinación de residuos de antibióticos y sulfamidas en miel”, ha puesto a punto y validado cuatro métodos de cribado o screening para detectar residuos de penicilina-G sódica, estreptomicina sulfatada, tetraciclina y sulfametazina en miel.
“La miel plantea especiales dificultades en su análisis frente a otros productos alimenticios. Su composición química, rica en azúcares, la presencia de componentes con actividad antimicrobiana y su PH bajo, dificulta las metodologías a usar”, señala la codirectora de la tesis, la profesora Carmen Rota. El trabajo ha estudiado la estabilidad precisión, y especificidad de cuatro métodos, que pueden ser útiles para la administración sanitaria y para los laboratorios, determinando sus límites de detección, y comprobando su conformidad con los valores requeridos en la Decisión de la Comisión de las Comunidades Europeas 2002/657/CE.
Esta directriz establece los criterios que deben cumplir los métodos a utilizar para detectar la presencia de determinadas sustancias en productos de origen animal -una cuestión “que”, señala, “afecta a la salud pública”-. La Comisión establece que deben existir sistemas de control de la calidad validados, siguiendo procedimientos y criterios comunes. Y ello tanto para los métodos rápidos, o de cribado, como los que valida este trabajo; como para los de confirmación de los positivos en alguna de las sustancias buscadas, obtenidos en los análisis.
Miel en el mercado español.
Mediante las metodologías validadas, se han analizado además 92 muestras de miel presentes en el mercado español, para conocer la incidencia de estos productos. “Esta prospección ha mostrado un riesgo toxicológico muy bajo para el consumidor de miel”, precisa Susana Menal. A pesar de que tres muestras presentaron residuos de estreptomicina y cuatro de tetraciclina, se ha estimado, en relación a los datos de consumo de miel, una ingesta diaria por debajo del 4% de la admitida.
Aunque el uso de determinados fármacos está prohibido en la Comunidad Europea, se sigue controlando su presencia, en la producción propia e importada. En 2002, recuerda el profesor Juan José Carramiñana, “la Unión Europea prohibió temporalmente las importaciones de miel de China, al encontrar residuos de antibióticos prohibidos”. También en 2003, en el Reino Unido, se anunció la detección de residuos en miel de origen extracomunitario.
Cum Laude
Un tribunal formado por Teresa Mora y Susana Sanz, profesoras de las universidades Barcelona y de la Rioja respectivamente, y por Teresa Juan, del Centro de Investigación y Tecnología Alimentaria del Gobierno de Aragón, que ha presidido el catedrático de la Universidad de Zaragoza Antonio Herrera Marteache, y en el que ha actuado como secretaria Consolación Pérez, ha otorgado a esta tesis una calificación de sobresaliente cum laude.