Dice la tradición que en el Somontano, pero también en otras comarcas limítrofes como la Ribagorza, Sobrarbe, La Hoya, entre otras, se elabora con la hoja de la borraja (algunos utilizan la hoja de espinacas), un postre ritual puesto que se debe degustar el día de la Virgen de la Encarnación (25 de marzo) con un fin mágico: conseguir que las oliveras se queden preñadas y den abundante fruto para Navidad con motivo del nacimiento de Jesús. Una lectura más antropológica habla de una ritual de fertilidad de los campos con motivo de la llegada de la primavera, que con el paso del tiempo fue cristianizado.


El trabajo que durante más de dos décadas realiza el Grupo Tradiciones por sacar esta costumbre de elaborar el postre ritual de los hogares de los labradores a la escena pública ya le valió el reconocimiento del Gobierno de Aragón que el año pasado la declaró fiesta de interés turístico regional. Y algo se ha debido notar, puesto que la plaza del Mercado fue durante la jornada de ayer un hervidero de gente. Desde las 11.00 hasta pasadas las 14.00 se repartieron alrededor de quince mil crespillos, cifra récord, elaborados por catorce hornillos. Entre los cocineros, como es habitual los integrantes del Grupo Tradiciones, los portavoces del PSOE, PP y PAR, así como el alcalde Antonio Cosculluela, buen conocedor de esta costumbre «que he visto desde siempre en mi casa. Es una fiesta que va a más como hemos visto tras la declaración de interés turístico regional. Además es una fiesta que liga lo tradicional como el aceite de oliva de nuestra comarca o la borraja. Ya mucha gente viene a disfrutar del fin de semana aprovechando esta fiesta».
Otros colectivos también presentes en esta fiesta fueron los comerciantes del centro de la ciudad, la asamblea local de Cruz Roja, un puesto de crespillos para celiacos, veteranas cocineras, los barrios y un grupo de niños ya habituales cocineros.
La fiesta estuvo ambientada por los Dulzaineros del Somontano que pusieron las melodías tradicionales en esta fiesta. Por su parte, las Damas de Barbastro fueron las encargadas de repartir los 15.000 crespillos.
María Jesús Sampietro, del Grupo Tradiciones ya estaba a las 7.30 montando todos los hornillos. También fue de las últimas en recoger y se mostraba satisfecha por el esfuerzo: «Ha habido mucho ambiente, ha sido una buena fiesta y el tiempo nos ha acompañado. La borraja ha sido abundante porque hemos tenido un invierno suave así que hemos tenido muchos crespillos».