Nadamás comenzar el mes de marzo se hizo patente una vez más, y en menos de un año, un hecho evidente. Algo se mueve y algo ha surgido entre el colectivo montañero de la provincia de Huesca, afectando a localidades y comarcas orientales tan significadas como la Ribagorza, el Sobrarbe, El Cinca Medio o la Litera, además del Somontano. Hace ya tres años y por iniciativa de Montañeros de Aragón de Barbastro y la Federación Aragonesa de Montañismo se comenzaron a celebrar unos encuentros de clubes con el único objetivo de estrechar lazos e iniciar actividades en común. Esto sin duda fue el detonante y a la vez el efecto catalizador para que se haya producido lo que ahora os voy a contar.
Fue en Capella donde se realizó el último encuentro provincial de clubes en 2015 y ha sido en Capella este domingo seis de marzo donde la sinergia más genuina del montañismo, es decir el senderismo, unía a dos clubs cercanos y felizmente hermanados por una proximidad tanto física como espiritual. Supimos convocar, el Centro Excursionista de Ribagorza y Montañeros de Aragón de Barbastro, una auténtica romería que ya se celebraba hasta los primeros años del pasado siglo, en citas alternas según la demanda de lluvias o beneficios para los campos que un día atravesó el Obispo San Ramón del Monte en su destierro desde Barbastro hacia Roda. Quizás el novecientos aniversario de un camino hacia el destierro se hizo motor, alimentado por el entusiasmo de nuestro socio, Daniel Vallés , en su blog “Caminos de Barbastro” y en su reciente libro:”El destierro de San Ramón”(Librerías Castillón e Ibor en Barbastro y en Roda), para una actividad que últimamente busca algo más allá del mero hecho deportivo.
La tradición secular se repitió muy de mañana a las puertas del la ermita de San Ramón en Capella, con el canto sereno, modulado y evocador de los gozos al glorioso Obispo por parte de la señora Teresa, que, junto al resto de vecinos, a cual más hospitalario, ofrecían chocolate caliente torta y café con leche a todos los participantes. Una pausada marcha fue la tónica para los más de sesenta montañeros reconfortados en varias ocasiones frente al frío o el cansancio ya que en el Soler, en casa Sierra, éramos acogidos y agasajados junto a otra ermita por sus complacientes moradores.
A media mañana y cuando el sol se hacía tibio, al llegar a otra casa, la de Teixidó, ya en el término de Güell, se hacía bueno el dicho de que con pan y vino se hace bueno el camino, pero si van acompañados de embutidos de casa Aventín de Graus, dignos herederos de esta antigua casa Teixidó, mejor se afrontan los kilómetros en su caer pausado bajo los pies de unos marchadores abnegados que sabíamos añadir a esta mañana invernal los toques cálidos y solidarios rebosantes sobre estos amigos unidos por el sendero y su destino.
Fue en un recodo, al atravesar otra vez el río Isábena, cuando apareció junto al pico Turbón la majestuosa imagen del pueblo, Roda, verdadera atalaya- fortaleza que se despliega en torno a su Catedral. Parecía que tocábamos ya nuestro destino pero aún faltaba subir un rato, por el viejo camino empedrado y ser recibidos en la plaza por el párroco Aurelio Ricou, quien ya esperaba impaciente a sus peregrinos para ofrecerles mesa y mantel primero en perfecta hermandad y acompañamiento después con sabias descripciones de los tesoros que abundan en esta Catedral, antigua joya del románico en el camino que viene desde Saint Bertrand de Comminges.
Como decía al principio, en varias localidades de la provincia se ha constatado el crecimiento y vitalidad de unos clubes que una vez y otra vez más saben compartir sus actividades. Por ejemplo, los de Graus han celebrado este último fin de semana una excursión con los amigos del CAS, Club Atlético Sobrarbe en la zona de Besiáns. La Federación sin duda se une y da ánimos a quienes están demostrando cómo tiene que crecer nuestro deporte cada vez más arraigado al patrimonio, la tradición y la historia, que por otra parte están siempre patentes en cada excursión por senderos y valles. El antiguo condado de Ribagorza o el viejo reino de Sobrarbe desde siempre han sido indisolubles al alma montañera aragonesa.