
La segunda edición de Motastro fue sobre ruedas gracias al interés, dedicación y horas de trabajo de la peña SomonMas que contó con la aportación de 32 personas, entre ellas voluntarios, para organizar con éxito la segunda edición del Motastro con la colaboración de 45 empresas, comercios, asociaciones y entidades. La cesión de las instalaciones del Recinto Ferial llevó consigo las tareas previas de limpieza del pabellón cubierto por parte de los peñistas y voluntarios con medios propios para dejar el espacio en condiciones adecuadas.
La afluencia de moteros fue superior al año pasado, procedentes de muchas provincias y en especial del norte de España para disfrutar de una agradable jornada de convivencia que despertó el interés de numeroso público. Las estimaciones de los organizadores fueron más de 2.000 personas y al mismo tiempo se mostraron satisfechos “por el número de pernoctas en Barbastro que benefició a la hostelería” señaló Sergio Broto, presidente de la Peña.
En el circuito de la explanada exterior, la actuación de Emilio Zamora que se trasladó desde Málaga fue un aliciente añadido con la exhibición de acrobacias y apuesta segura, patrocinada por Rubiella Motos. El público disfrutó de la exposición en el interior con 35 “motos antiguas cedidas por coleccionistas, entre ellos José Antonio Torres que aportó el mayor número, restauradas. Se vieron modelos de Vespa 1952, Ossa 1954, Guzzi 1965, Montessa 1963, Bultaco 1955, Honda 1972, Derbi 1973, Ducatti 1976, Gilera 1982, Ruch 1972, Mobylette y el más antiguo, una Velocette 1925 propiedad de Manolo Campo que fue de competición en los años 40.