“Esto no es una guerra entre obispos”. Ese es el mensaje que se está lanzando desde el obispado de Barbastro – Monzón a la vez que se recalca su buena relación con el obispo de Lérida. Aun así sus abogados se verán en los tribunales.

Creo que tanto don Joaquín Guerrero, abogado de la Diócesis, como don José María Albalad, director de OFICIA (Oficina de Comunicación de la Iglesia en Aragón), dejaron muy claro en la rueda de prensa del pasado martes que no se trataba de un enfrentamiento entre los dos obispos. No me duelen prendas en reconocer públicamente lo que personalmente le he dicho a Mons. Salvador Giménez Valls: es muy buena persona, un santo, un excelente pastor, humilde y conciliador. Los dos nos encontramos, al llegar a nuestras respectivas Diócesis, con este «marrón» que nos toca ahora afrontar de cara y tratar de resolver definitivamente. Los dos bajamos a la Nunciatura para solicitar audiencia con el Secretario de Estado para zanjar este litigio. Él propició, en el obispado de Lleida, la reunión que le había solicitado para ofrecer a los miembros del Consorcio una propuesta de colaboración entre ambas Diócesis: impulsar la «ruta del románico», como hicieron en Castilla con «las Edades del Hombre».
Por si no fuera suficiente, la razón por la que interpusimos previamente la demanda de conciliación, aunque algunos nos criticaran, tenía precisamente esta connotación de comunión. Y quedó de manifiesto cuando reconocieron que los bienes que reclamamos eran de las parroquias de la Diócesis de Barbastro-Monzón. Manifestaron que no los tenían. Que estaban depositados en el Museo Comarcal de Lleida. Que no los podían devolver porque se encontraban retenidos por el Consorcio.
Ha manifestado tanto a la Conferencia Episcopal como a la Santa Sede esta decisión de acudir a los tribunales, como se nos explicó en rueda de prensa ¿Qué reacciones ha tenido en las altas esferas de la Iglesia la idea de iniciar un litigio civil?

Antes de proceder, como ya he explicado en reiteradas ocasiones, he llamado a muchas puertas pidiendo humildemente ayuda y consejo. Además de consultar a acreditados juristas he pedido la opinión ponderada de mis hermanos obispos de la Provincia Eclesiástica, del Presidente de la Conferencia Episcopal y de buena parte del ejecutivo, de otros relevantes eclesiásticos, del Consejo de Consultores de la Diócesis de Barbastro-Monzón, del Consejo del Presbiterio y del equipo de Gobierno de la misma. Amén de muchos creyentes ecuánimes, profesionales cualificados, que se sienten realmente Iglesia.
Quiero destacar, de una manera especial, el apoyo incondicional que he recibido personal y públicamente por parte de don Vicente Jiménez, Arzobispo de Zaragoza y Metropolitano de la Provincia Eclesiástica al que le comparto todos los pasos que voy dando. De igual forma don Alfonso Milián.
Roma locuta, causa finita. Sin embargo no se ha conseguido la devolución de los 111 bienes y ahora se tiene que reclamar por la vía civil. ¿Entiende que entre la sociedad se piense que quizás la Santa Sede podría haber hecho algo más para ejecutar las sentencias?
La Signatura Apostólica nos dio la razón. El quid sigue estando en la ejecución de la sentencia. Los lectores, que son inteligentes, podrán entrever lo difícil y delicado que a veces puede resultar cumplir los acuerdos bilaterales que existen entre la Santa Sede y el Estado español. A ello se añade un tercer elemento en discordia: las competencias que las Comunidades Autónomas puedan tener. En nuestro caso, a todos hemos mantenido informados de la hoja de ruta que pensábamos seguir para cerrar definitivamente este litigio tan absurdo como estéril.

A simple vista hay argumentos lo suficientemente sólidos para pensar que se puede ganar este litigio. ¿Es usted optimista?
En este momento lo que siento es una paz inusitada. He hecho lo que creía que mi pueblo esperaba en justicia. Puedes imaginar que no me (nos) ha resultado fácil. Más de alguna vez se me (nos) ha arrugado el corazón (alma). Cataluña es mucho Cataluña como para hacerle ver que no estaba procediendo con el seny que siempre les ha caracterizado. Algunos te aconsejaban no avanzar más, esperando tiempos mejores. Apelamos ahora, como David ante Goliat, a la justicia humana para que, sea cual sea el dictamen, se llegue definitivamente a ejecutar.
¿Cómo valora la decisión del Gobierno de Aragón de entrar como parte en el litigio?
Agradezco sinceramente no sólo el apoyo que siempre nos han brindado sino también el respeto al modo de proceder que nuestro equipo jurídico ha establecido en cada momento. Habrá muchísimas oportunidades para que se visibilice la comunión y el apoyo cultural, artístico, económico y religioso entre las Instituciones Públicas y la Diócesis de Barbastro-Monzón a través de su patrimonio. Ojalá sepamos brindar las excelencias de nuestra naturaleza, patrimonio, los valores de nuestra gente a cuantos se animen a visitar nuestra hermosa tierra.

El juez que llevará este caso es el mismo que denegó el exequátur al Obispado Barbastro – Monzón. Pero por la misma razón es buen conocedor del litigio de los bienes y no tendrá que empezar de 0. ¿Confía en que será un juicio relativamente rápido como prevé su abogado?
Nosotros ya hemos hecho los deberes. Lo digo con gran satisfacción. Lo demás, no depende de nosotros. Imagino que todo tiene su curso y su tiempo. Igual que hemos sabido ser constantes, como buenos aragoneses, seremos ahora también pacientes. Me atrevería a pediros que dejásemos trabajar ahora con serenidad al juez.
Sobre su imparcialidad no tengo la más mínima duda. Creo que no suelen dejarse amedrentar tan fácilmente como nos hacen creer a la opinión pública.

Conociendo el proceder de los letrados en el precedente de Sijena, en caso de ganar el juicio, se prevé una larga lista de recursos que pueden hacer interminable su resolución. ¿Contemplan ese escenario?
Confío que prevalezca el sentido común y que juntos podamos llegar a proyectos de comunión y de colaboración que beneficien a ambas comunidades autónomas. A todos nos beneficiaría cerrar definitivamente este tortuoso litigio.
Hablando de Sijena, ha habido un revés en el caso de las pinturas murales del MNAC. ¿Cómo ve ese litigio?
Reitero lo que en su día manifesté: ¡hoy es un día para felicitarnos los aragoneses. Con la recuperación del patrimonio se está haciendo justicia. Lo que está en juego, más allá de unas obras de arte, es la dignidad de un pueblo.

¿Animaría a su homólogo el obispo de Huesca a iniciar este camino para recuperar los bienes de las parroquias de Berbegal y Peralta de Alcofea, también en Lérida, como anima la consejera de Cultura? Máxime además teniendo el mismo letrado.
Cada obispo en su diócesis tiene plena autonomía y jurisdicción. Don Julián es uno de los obispos más inteligentes de nuestro episcopado. Cuando no lo ha hecho, precisamente teniendo el mismo abogado, querrá decir que son diferentes los parámetros. Respetadle. No hagáis como mi abuela (q.e.p.d.) que preguntaba a todos qué pastillas les había recetado el médico para ver si a ella le irían mejor.
Con un nuevo litigio en marcha, que si tenemos en cuenta el antecedente de Sijena puede durar mucho tiempo y tal vez generar un desgaste entre las partes, ¿sigue teniendo vigencia la Ruta del Románico?

No hay que esperar a que se concluya el juicio. Nosotros ya estamos trabajando. El que quiera que se suba al carro. Las empresarias del Alto Aragón y los Amigos del Museo están muy animados. Don Carlos Gómez, Director de la UNED, nos ofreció su apoyo técnico para ir grabando pequeños cortos para dar a conocer nuestro patrimonio y ponerlo en valor. Nuestra Diócesis, desde su pobreza, viene invirtiendo cada año de su presupuesto ordinario casi medio millón de euros, del dinero que recoge de los fieles, de los donativos y legados… para arreglar el patrimonio tan rico que tenemos. Amén de lo que cuesta el mantenimiento del Museo, del que nos sentimos tan orgullosos. No olvides que nuestra historia está escrita en piedras, en lienzos, en tablas y pergaminos… Intuyo que un proyecto como este puede paliar un poco la despoblación y aliviar nuestra economía. Confío que los poderes públicos, cuando vean el alcance multiplicador, se sumen también.
Me encantaría que este sueño pudiera hacerse realidad y que no tardando mucho nuestro pueblo pudiera reconocer que la Iglesia del Alto Aragón ha sido siempre una institución que humaniza y crea riqueza no sólo económica sino también en aquellos valores que construyen a la persona y la hacen sentirse más plena y feliz.
No sé si nos damos cuenta los barbastrenses de que tenemos el mejor obispo que pudiéramos desear. Este obispo afirma en la entrevista que siente una gran paz interior ante el deber cumplido y compara nuestra reivindicación sobre el patrimonio emigrado a la lucha de David contra Goliath refiriéndose al poder político de los vecinos catalanes. Su deber cumplido hace referencia a la restitución de la dignidad de un pueblo,el suyo,y a la defensa legítima de lo que es nuestro y nos ha sido arrebatado. Pero este hombre, además, ha ideado todo un proyecto que ya quisieran para sí muchos políticos cuando se enfrentan a los problemas de esta España rural “casi vacía”. El obispo Pérez ha sabido lanzar un proyecto que revaloriza el arte románico englobando poblaciones pirenaicas aragonesas y sumando incluso algunas de la comunidad vecina. No hay que olvidar que otro obispo, nuestro patrón San Ramón del Monte, ya creó y protegió el arte de la pintura y la escultura románica en su diócesis de Roda y de allí surgieron espléndidas joyas que ahora Ángel Pérez impulsará a cerca de su conocimiento y valorización pero siempre con vocación integradora.
Y quienes quieran criticar la entrada en procedimientos judiciales o estas iniciativas sociales aludiendo a una supuesta dejación en su labor pastoral, que se den una vuelta por esas noches claras que de vez en cuando reúnen a jóvenes de la diócesis con su apreciado Pastor.
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