Un préstamo preconcedido es un producto financiero que el banco ofrece a sus clientes, no al revés. La entidad es la responsable de fijar la cantidad, el tipo de interés y el plazo de devolución, de modo que solo hace falta la confirmación del consumidor para recibirlo. Sin embargo, a causa de la pandemia, la oferta se ha reducido notablemente, lo que ha dado pie a que los usuarios busquen otras alternativas para obtener el dinero que precisan rápidamente.
La situación actual de los préstamos preconcedidos
Los ERTE, las limitaciones horarias y el cierre de muchos negocios son factores asociados a la pandemia que han repercutido muy negativamente en la cantidad y variedad de préstamos preconcedidos ofertados por las entidades bancarias. De hecho, en diciembre de 2018, el 90 % de los clientes de banca afirmaban tener uno a su disposición. En febrero de 2021, esa cifra se ha reducido al 60 %.
Generalmente, los préstamos preconcedidos oscilan entre los 500 € y los 90.000 €, según las características del cliente y la estimación de riesgo que haga el banco. El coste medio se sitúa en el 9,8 % TAE, una cifra muy superior a la media. Esta se sitúa, según el Banco de España, en el 7,52 % TAE. Un dato que ha hecho que también se reduzca la demanda al no ser tan interesantes como antaño.
Claves para incrementar las posibilidades de obtener un préstamo preconcedido
La situación económica, como ya hemos dicho, ha reducido la oferta de préstamos preconcedidos. Sin embargo, hay clientes con mayores posibilidades de ser beneficiarios de ellos que otros. Aquí vamos a ver qué factores incrementan las probabilidades de conseguirlos:
- Poseer ingresos estables. Actualmente, el punto más importante. No tiene por qué ser una nómina. La prestación por desempleo o una pensión incrementan las posibilidades de acceder a un crédito rápido.
- Ser mayor de 30 años. Como es obvio, esto es algo que los usuarios no pueden controlar. Sin embargo, está demostrado que a partir de esa edad los bancos incrementan ostensiblemente la oferta.
- No ser moroso. Es decir, no estar incluido en listados como RAI o ASNEF o, en su defecto, saldar la deuda para salir de ellos.
- Tener un buen historial crediticio. O, lo que es lo mismo, haber pagado siempre a tiempo las cuotas de los préstamos y créditos solicitados con anterioridad.
- Doblar la titularidad. Pidiendo a tu pareja o a un familiar que su nombre figure junto al tuyo a la hora de pedir el préstamo.
¿Qué alternativas de financiación a los préstamos preconcedidos existen?
Es posible que, aunque se cuiden los aspectos anteriores, el banco siga sin ofrecer al cliente un préstamo preconcedido al considerar que implica una excesiva tasa de riesgo. Afortunadamente, esto no supone el fin del mundo a la hora de obtener financiación.
A través de un comparador como Morebanker es posible encontrar una amplia variedad de préstamos sin nómina. En concreto, se trata de productos financieros ofrecidos por entidades privadas y que, generalmente, aportan una cantidad económica reducida (entre 300 € y 600 €) que debe devolverse en un lapso corto de tiempo (7-30 días).
Por sus características, estos productos financieros son perfectos para acometer un gasto de emergencia como, por ejemplo, la reparación de una avería en el coche o una visita inesperada al dentista. ¿El motivo? Apenas tienen requisitos, no suelen pedir aval y no revisan los listados de morosos para su concesión.
Sin duda, el descenso de la oferta de préstamos preconcedidos está beneficiando a las entidades que ofrecen créditos sin nómina. Y también a los consumidores, que cuentan con una vía paralela para dar solución a problemas de liquidez puntuales.