Aunque no son tan conocidos como la encina de Lecina, nuestros pueblos esconden en sus montes árboles con mucha historia. Hoy son el principal atractivo de sus municipios pero quien sabe si algún día podrían ser reconocidos también a nivel internacional.
Es el caso de la Sabina de Albelda, una especie singular que ha sobrevivido más de 2500 años en la serranía de este pueblo en la comarca de La Litera. Sus dimensiones, 9 metros de altura y más de 13 de copa, y su antigüedad hacen de ella un ejemplar raro ya que en esta zona no existen bosques de sabinas.
Este árbol ha sobrevivido a varias incidencias meteorológicas, aguantó el paso de un tornado y la caída de un rayo. También ha logrado mantener se en su actual ubicación. En los años 80, sus propietarios intentaron trasladar la sabina unos metros, pero se encontraron con una gran oposición vecinal ya que algunos de ellos se colgaron de las ramas para evitar el traslado. A día de hoy continúa en una finca particular que se sigue cultivando.
Esta sabina siempre ha sido un emblema para los vecinos y visitantes de Albelda. Muchos han logrado llegar a ella gracias a que su ubicación está señalizada en una ruta llamada ““ Aljubs i Sies” que se puede realizar tanto en bici como a pie. Ahora la idea del Ayuntamiento es mejorar su acceso y que sea un atractivo de la localidad.

La carrasca de Casa Rodellar en Azlor en la comarca del Somontano ha sido testigo durante años de la historia del municipio. También de grandes dimensiones y situada en una finca particular, en el conocido como camino de Ponzano, es uno de los lugares de visita obligatoria en la localidad.
Su actual propietario, Juan Manuel Calvo recuerda como hace 60 años, esta carrasca servía para dar cobijo a los pastores , especialmente en verano y durante las horas fuertes de calor que los largo del día pastaban sus ovejas. Destaca también la gran cantidad de bellotas que daba la carrasca “allí llevábamos a los animales a comer, dábamos de comer a los cerdos”.
Este árbol ha sido el destino durante años de paseantes y ciclistas que actualmente siguen disfrutando y admirando su particular patrimonio natural por los montes de Azlor.

A 3 kilómetros de la localidad de Secastilla, en plena Sierra de San Martín, encontramos uno de los viñedos más antiguos de la Denominación de Origen del Somontano. Actualmente pertenece a Viñas de Vero y su visita es una de las más exclusivas que ofrece la bodega.
Este viñedo histórico tiene una localización privilegiada: se sitúa a 750 metros de altitud , sobre un terreno de grava natural, resguardado del aire y con sol durante todo el día. Ocupa una extensión de casi 3 hectáreas y su plantación se prolongó durante casi tres años desde 1944 hasta 1946: La razón es que todo el viñedo se plantó a mano, con la técnica tradicional. Es uno de los pocos viñedos antiguos que quedan en la Denominación. Actualmente, Viñas del Vero recoge aquí unos 6000 kilos de uva.
En esta finca, junto a la vid conviven frutales, olivos, almendros y melocotoneros… sus antiguos propietarios plantaron este campo para recoger a lo largo del año todo lo necesario para la subsistencia familiar, incluso sus vides dan uvas desde principios de agosto hasta el mes de octubre. Características que hoy en día hacen único a este viñedo.

A 2 kilómetros de Adahuesca, en el trascurso de la ruta de “Leyendas al paso” encontramos la carrasca de Roque. Un ejemplar milenario cuyo tronco mide casi 4 metros de diámetro y su copa alcanza los 23. Es un árbol de gran belleza muy querido por todos los vecinos de Adahuesca.
Desde hace más de 300 años esta carrasca pertenece a la familia de Casa Roque. Su mérito radica en su cuidado y preservación. Nunca pensaron en talarla y convertirla en leña, ni siquiera en la postguerra cuando se vivieron los momentos de mayor necesidad.
Actualmente, es todo un símbolo familiar incluso su dueño llegó a celebrar su boda en este emblemático lugar. La carrasca de Roque es lugar de esparcimiento de los más pequeños del lugar, hasta aquí llegan las excursiones que realizan en el CRA “Vero-Alcanadre”. Para que los jóvenes conozcan las raíces de su localidad.