Manuel Vilas se considera “un peregrino por el mundo” y tras su regreso a Barbastro, en mayo, comenzó un largo itinerario que le llevó por ciudades españolas y de nuevo hasta Roma donde tiene una asignatura pendiente porque quiso ver al Papa Francisco y no lo consiguió. Así que facilita titulares, “el hombre que quiso hablar con el Papa”.
“Al final no lo he conseguido a pesar de que tuve buen intermediario. Me he dado cuenta que es muy complicado, más de lo que me parece, pero no desisto de tener una conversación. No de un sociólogo, un político, un teólogo, sino desde la visión distinta del escritor, muy humana, a pie de calle. Los escritores nos caracterizamos por una curiosidad infinita y hay cosas que me interesan desde la literatura sin necesidad de sentar cátedra. Además, este Papa habla español y es muy próximo”.
En cierto modo son cosas de “la literatura y la vida”, de las que habló en el Centro de Congresos en la charla enmarcada entre las actividades del Área de Cultura que preside Blanca Galindo. Antes de que recordara historias personales de la mili en el cuartel General Ricardos donde sirvió a las órdenes de Jesús Galindo, “tu padre fue un buen mando”. Así lo dijo ante el alcalde Fernando Torres que, en su etapa militar fue cabo y chófer de los dos últimos coroneles del cuartel.
Vilas hace tiempo que no venía a Barbastro y durante su estancia en el Ayuntamiento visitó el salón de Plenos donde su padre fue concejal en la primera legislatura democrática “los recuerdos son lejanos, nunca estuve en un Pleno Municipal”. Mirada fija, a veces “perdida” en la decoración pictórica de Francisco Zueras y en la galería de personajes de la historia local, entre ellos Hermanos Argensola, General Ricardos, Pablo Sahún y otros. Tal vez un día figure Manuel Vilas, el autor local más conocido por sus obras y la proyección nacional que lleva consigo.
Hasta ahora, Vilas es el último autor que ha dejado su dedicatoria en el Libro de Oro cuyas páginas repasó con mucha curiosidad personal y firmó tras la página rubricada por la autora Inés Plana, en el mismo tomo donde se recogen testimonios y dedicatorias de ilustres visitantes, entre ellos autores literarios como Camilo José Cela, entre otros que pasaron por las sucesivas ediciones de la Semana Cultural Barbastrense en la etapa de José Ollé, que fue Concejal de Cultura, además de cirujano y presidente de la UD Barbastro.
En la historia personal, le faltaba el documental “Vilas y sus dobles” de Germán Roda que recoge la vida del autor, “es idea compartida con José Sacristán y Pepe Viyuela, un día me lo contaron, estoy agradecido y aunque va sobre mí soy secundario. Hasta ahora no tenía un documental, es verdad”. Se suma a su labor prolífica con 7 novelas, 10 poemarios, 3 relatos, 4 antologías, 7 ensayos y 13 premios recibidos entre los años 2002-2019.
El aumento en la dotación del 2de 15.000 a 20.000 € en la próxima convocatoria, “me parece muy bien aunque creo que no es lo más importante sino el prestigio, la editorial Galaxia Gutemberg que se hace cargo le hace más atractivo. Vilas destacó la trayectoria que prestigiará aún más el Ciudad de Barbastro cuyas primeras novelas publicó Editorial Bruguera desde 1970 con “La muerte del gurriato” de Ángel Lera hasta 1979 con “Una mujer malva” de Elena Santiago. De aquella etapa es “El Unicornio” primera novela de Javier Tomeo, que ganó el Premio en 1971.
Barbastro, en el mapa de la literatura
“Recuerdo los orígenes y me quito el sombrero ante los autores de aquel proyecto literario, hace 52 años. Acertaron con algo tan complicado como el género de novela corta y sabían, de antemano, que no podrían competir con otros premios. Barbastro está en el mapa de la literatura”. De la misma forma que recordó a los promotores de aquella iniciativa lejana reconoció la excelente gestión actual de María Ángeles Naval, coordinadora de los Premios Literarios con etiqueta de internacionales.
Vilas ya formó parte del Jurado en una etapa anterior y no descarta la posibilidad del regreso porque tiene claro que no se presentará al Premio “se me ha pasado el arroz”. Más bien se centra en su última novela “Los besos” donde cuenta una historia de amor romántico e idealizado, escrita en 448 páginas, que publica Editorial Planeta. Es el reto más próximo del autor barbastrense tras los éxitos de “Ordesa” (Alfaguara, 2018) y “Alegría” que fue finalista del Premio Planeta 2019. Tal vez le gusten las tres novelas al Papa Francisco.
