Vicente Cambra en el Canal de Terreu

Hoy en día, con un simple abrir y cerrar de grifo aparece nuestro principal sustento para la vida, el agua. 

Pero ha habido que esperar años para que esto suceda en muchos pueblos del Somontano. Fue en los años 70 cuando vi llegar el agua por primera vez por el canal de Terreu, procedente del canal del Cinca y naturalmente de los distintos pantanos abastecidos por los ríos y la nieve del Pirineo. Hasta entonces las cosas fueron muy distintas. Fue un sueño hecho realidad del ilustre aragonés Joaquín Costa.

DPH

Hay que tener muy presente que para que eso ocurriera algunos pueblos del Pirineo fueron inundados y sus gentes desalojadas de sus casas y propiedades. Trauma que la mayoría de ellos no han olvidado. El arraigo que cada uno de nosotros tenemos a nuestro pueblo natal nunca se olvida.  Hay que recordarlos con gran respeto por este sacrificio que les obligaron a realizar, sobre todo a los ancianos, que sería a los que más les costaría adaptarse a la nueva situación.  Hablé con algunos de ellos, siguen recordando sus pueblos tal y como eran, con gran cariño.

Estas personas pueden sentirse reconfortadas de alguna manera, ya que gracias a su enorme sacrificio han dado vida a cientos de pueblos en Aragón, que de otro modo probablemente muchos, los más pequeños seguro, habrían desaparecido y otros más grandes hubieran sufrido una despoblación mucho mayor.

Quienes vivimos la época anterior a los años 70 en muchos pueblos del Somontano, sabemos qué significa no tener agua en casa, el acarreo desde las distintas fuentes, pozos, o pozos fuente era constante, ya fuera con cubos de metal, botijos, cántaros o con caballerías y sus correspondientes argados (aparejo que se colocaba a la caballería con dos huecos a cada lado para poder colocar cuatro cántaros).

Yo viví aquella época en la que el agua era muy preciada hasta los 14 años en Morilla y vi en primera persona toda la transformación. Morilla pasó de ser un pueblo de secano, donde el agua era un bien escaso, a tenerla con abundancia. 

Y por consiguiente los pozos quedaron en el olvido.

Desde muy críos conocíamos perfectamente donde se encontraban todos los pozos, manantiales o fuentes de los alrededores. Aún recuerdo con cariño a mi tía poner en funcionamiento con un burro, una noria en un pozo donde tenían un huerto apartado del pueblo, para darnos de beber a todos los críos que llegábamos sedientos en pleno verano. Aquella agua tan buena y fresca nos sabía a gloria. 

Recuerdo las excursiones a los manantiales, solos o con nuestra querida señorita, que así  llamábamos a la maestra que aún hoy día, tras tantos años, recordamos con cariño ya que ninguna otra nos había llevado de excursión a estos manantiales. Era de Peralta de Alcofea.

Todos tenían un nombre. El manantial de Los Arboletes, la fuente de Odina (pueblo ya desaparecido) que recuperaron al hacer el canal de Terreu para suministrarse agua de boca en ese momento y no tener que ir a Morilla a buscarla. El manantial de Peña las Once, con una pequeña cascada que formaba un embalse donde nos refrescábamos o bebíamos. Aquello era un oasis en zona árida. Los pozos solían tener el nombre del dueño de la finca donde se encontraban.

 Naturalmente si no había agua no había pueblo, y a pozo más grade el pueblo también era más grande. La procedencia de los pozos fuente realmente no se sabe. Puede que sean de procedencia árabe, en Palestina algún historiador ha mencionado muchos parecidos a los que tenemos por aquí, aunque también los hay por otros muchos sitios. En Cerdeña cuentan con uno espectacular y mucho más antiguo. 

Vicente Cambra en el Canal de Terreu

Algunos de estos pozos, cuando ya se encontraban en el olvido, han sido recuperados y restaurados recientemente. Hoy día se pueden visitar perfectamente, siendo unas verdaderas obras de ingeniería hidráulica, como el pozo nuevo de Laluenga, considerado la Catedral de estos pozos fuente. Otros sin embargo han desaparecido. Tampoco hay que olvidar las grandes construcciones hidráulicas que fueron capaces de realizar en la época romana como acueductos, termas, etcétera, por lo que es de suponer que no tendrían ningún problema para construir estos pozos fuente ni tampoco las generaciones anteriores.

 En los últimos años he visitado  y estudiado muchos de estos pozos, realizando múltiples estudios sobre las agua subterráneas que detecto fácilmente. En el próximo número os seguiré hablando sobre manantiales, pozos y zahorís. Tema del que no se habla mucho y que sobre todo los más jóvenes desconocen. 

 

  

  

  Imagen: Canal de Terreu

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