En la cuenca del río Bero, la acción del hombre ha dejado grabada (mejor pintada) la huella de un pasado remotísimo en más de sesenta abrigos naturales. En tan reducido espacio concurren manifestaciones del arte rupestre paleolítico, levantino y esquemático, aunque hay quien prefiere clasificarlo en estos cinco apartados: paleolítico, lineal-geométrico, levantino, sub-esquemático y esquemático. Las más antiguas de la zona (que lo son también de Aragón) se remontan al año 22.000 a. de C., y esto, unido a la variedad, riqueza y perfección de algunas figuras, condujo a la declaración de Parque Cultural, en aplicación de la Ley de Parques Culturales de Aragón (1.997), y a la declaración por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Muy brevemente, citaremos en la cuenca del Bero las estaciones, cuevas y abrigos siguientes:
- Fuente del Trucho. Cerca de Asque, cerrado al público pero reproducido en el Centro de Interpretación de Colungo. Pinturas del Paleolítico, las más antiguas (22.000 años).
- Abrigo de Arpán. Próximo al anterior.
- Tozal de Mallata. Por la carretera de Colunga a Arcusa, pasado el desvío a Arpán (9 kms.), en 2,5 kms. más.
- Covachos de Barfaluy. Partiendo de la plaza de Lecina y en una hora, cerca de la desembocadura en el Bero del barranco de la Choca.
- Barranco de Chimiachas. Una de sus cuevas contiene una magnífica figura de ciervo, quizá la mejor del parque. Cerca, los abrigos de Quizans, entre otros muchos.
Habrá observado el lector que venimos escribiendo el nombre del río con B, y ello merece una explicación de ámbito más general. En lengua ibérica, el sonido oclusivo bilabial sonoro /b/ se representaba con cinco signos distintos, según fuese la vocal que lo acompañaba, de este modo:
- : ba (pa). Ejemplo: bana, cada uno (Estela funeraria de Fraga)
- : be (pe). Ejemplo: belas, cuervos (Estela funeraria de Fraga).
- : bi (pi). Ejemplo: bila, encontrar.( Vaso de Aragón)
- : bo (po). Ejemplo: Bolskan (Denario de plata).
- : bu (pu). Ejemplo: tebu, golpe (Tésera “cuartos traseros de La Custodia, Viana, Navarra).
Pero estos signos eran fijos (o con leves variantes de trazado). Bien distinto es el comportamiento de la lengua castellana, que dispone de dos letras, b y v, para el mismo sonido: no existe ninguna diferencia en la pronunciación de basto, grosero, y vasto, dilatado. Esta neutralidad del criterio fonológico obliga, para establecer el uso de uno u otro signo, a la contemplación de otro criterio concurrente, el etimológico, de modo que vida, por ej., se escribe con v porque hay sonido oclusivo bilabial sonoro, primero, y porque procede del latín vita, segundo. Este sistema implica la determinación de la forma correcta de escritura para cada una de las voces de la lengua común (ortografía) y, de ahí, la posibilidad muy próxima del error. Pero hay otro error más profundo y grave que se sigue del señalamiento equivocado del origen o étimo de la voz común. Esta situación, trasladada al campo de la Toponimia y al de la Antroponimia, se convierte en la más gigantesca y estruendosa traca de despropósitos y disparates que viene atronando al campo de la Lingüística nacional. Valencia, Sevilla, Viriato, Veri, Vero y mil más son formas pregoneras de ignorancia y, en algunos casos, de mala fe.
Porque Bero es un topónimo ibérico. Y de los más sencillos y contundentes. A lo largo de esta exposición hemos venido apareando las voces Bero y abrigos. Y es que bero, en lengua iberovasca, vale por abrigo, resguardo, refugio. Nuestros más remotos antepasados, ante el entorno del río cuajado de abrigos naturales, entendieron que era el río de los abrigos, esto es, el río Bero. Y por ello, cuando nosotros hablamos de “los abrigos del Bero” estamos diciendo, con manifiesta redundancia, “los abrigos de los abrigos”. Mas coherencia es imposible. Bero significa, también en plural por la gran concurrencia de oquedades, los abrigos.