Manuel Puyuelo
Tras varios intentos fallidos conseguimos lograr la ascensión a la montaña más querida y cercana que durante generaciones han admirado las gentes de Labata y cuantos han podido acercarse a ella. Usada siempre como reloj los antiguos sabían la hora que era simplemente fijándose en ella. “La carrasca de las diez”, “el puntón de las once”, “el puntón de las 12”. Los relojes no eran tan asequibles como ahora aunque sabían ingeniárselas muy bien.
Un día soleado magnífico, alegría, canciones, un buen vino de la tierra, actividad física, un trago de orujo inesperado, son algunos ejemplos que resumen la jornada de convivencia que tuvimos algunos labatinos en un marco de incomparable belleza como es la Sierra de Guara. Un paraíso soñado del que disfrutamos muy a menudo.
Acudimos a la cita unas 20 personas de edades variadas donde las mujeres nos demostraron los fuertes que están. La dura subida se compensó enseguida con las magníficas vistas del gran horizonte, 360 grados impresionantes, Los Pirineos nevados, el Moncayo, Huesqueta, vadiello, y como no Labata, Aguas y el valle de la Gloria.
La excursión fue organizada por la Asociación Cultural Labatense desde donde agradecemos la presencia de todos los asistentes. Gracias también a la familia de casa Gabarre porque hicieron de guías en la jornada demostrando la gran experiencia que tienen.
