Primera parte de esta serie sobre la vida del Doctor José Cardús:
¿Quién fue el doctor José Cardús Llanas? Etapa de niño y estudiante (1)
Respecto a su etapa profesional, el mismo doctor José Cardús narraba en una entrevista del año 1978 las vicisitudes de alguno de los episodios más rocambolescos de su vida profesional, como cuando lo llamaron de Broto para practicar una cesárea en el domicilio de una parturienta, a donde llegó de noche, tras varios controles militares, para encontrarse el pueblo sin luz eléctrica, cuestión esta que hubo de solucionar mandando sacar el faro de un camión que, conectado a la batería, procuró el haz de luz suficiente para intervenir felizmente a la madre.
“El día 1 de junio de 1939 abría en Huesca su consultorio de Toco-ginecología y un año después la nueva clínica, única en la provincia dedicada exclusivamente a partos y afecciones de la mujer.”
“Gané la plaza de jefe del Servicio de Tocoginecología del Hospital Provincial. Como había muchos pueblos habitados, tuve que ir a muchos de ellos, siempre de noche, para intervenir en partos difíciles, cuando resultaba imposible trasladar la enferma a Huesca, por nieve, temporales, ausencia de camino “decente”, etc.”
“Años duros, pues tras la guerra no había un duro en las arcas provinciales. […] En alguna ocasión tuvimos que dar nuestra propia sangre (y luego transfundir nosotros mismos), a enfermos desamparados, sin familia y sin hogar.”
“En otra ocasión fui llamado a Castrocit, de noche y en febrero; el camino estaba con un metro de nieve helada; hubo que ir por el barranco, cuyas orillas estaban llenas de nieve. Mi practicante-anestesista contó las veces que, montados en caballerías, cruzamos el barranco, con agua hasta las rodillas: treinta y cuatro veces, a la ida. Como no había luz eléctrica, operé con la luz de unas linternas.”
No son pocos quienes se beneficiaron del buen desempeño de su profesión, como ha quedado atestiguado por escrito en diversas ocasiones. Joaquín Caballed Carracedo, de Biescas, lo contaba así: “Un gran médico de Barbastro, el doctor Cardús Llanas, salvó la vida de nuestra madre curándole una infección puerperal con la primera penicilina que llegó por estas tierras. Gracias a este ginecólogo pudimos venir al mundo tres hijos más…”
Su buen hacer, su profesionalidad y su talante fueron haciendo de él un referente médico y humano, en quien recaían cada vez más responsabilidades.
En septiembre de 1946 se implantaba en Huesca el “Dispensario de la Obra Maternal e Infantil” bajo la dirección, en la especialidad de maternidad, de D. José Cardús Llanas, permaneciendo como “Tocoginecólogo de la Beneficencia Provincial de Huesca”. Consta que el año 1957 se encontraba en París, asistiendo en la Maternidad del Hospital Saint Antoine a las demostraciones del parto sin dolor. Se trataba del principal centro sanitario, de esta especialidad, más importante de Europa.
En agosto de 1958, en un reportaje sobre las recién inauguradas instalaciones de la maternidad provincial, se le cita como “médico ginecólogo de esta Maternidad y jefe de los Servicios de Ginecología de la Clínica Provincial”. Mientras que en abril de 1962 aparece ya como “Especialista del Igualatorio Médico Colegial, de Huesca; Jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología de la Beneficencia Provincial de Huesca; Jefe de equipo quirúrgico de Ginecología del Seguro de Enfermedad; Especialista del Igualatorio Médico Colegial…”.
Como todavía muchos de los vecinos y vecinas recordarán, ejerció también la medicina durante más de cuarenta años en Barbastro, en la clínica del Pilar, desde donde se trasladaba, andando o en caballería, a atender los partos en los lugares más recónditos de Sobrarbe y Ribagorza, donde era muy popular y respetado.
A finales del año 1978, en el momento de su jubilación, la prensa provincial le dedicó un amplio reportaje en el que se decía, entre otras muchas cosas, que “don José Cardús abrió una nueva época a la Medicina oscense en la especialidad practicada con vocación profunda durante muchos años, casi medio siglo. Por sus manos han pasado generaciones enteras de mujeres altoaragonesas. […]
Pensionado durante años en las más famosas clínicas alemanas en su especialidad, fue un pionero ex científico en las nuevas normas y avances de la medicina en su especialidad. Dar a luz en la Clínica Cardús era la aspiración unánime de las oscenses o bien ser atendida por él en los establecimientos sanitarios del ramo. Luego, en acuerdo con las evoluciones impuestas por la transformación social, dejó su ejercicio en su dependencia particular de internamiento y continuó desarrollando su magnífica labor en la Seguridad Social, Beneficencia Provincial y local y en su consulta privada.”