Ficha técnicaPelícula: Piratas del Caribe: En mareas misteriosas.
Título original: Pirates of the Caribbean: On stranger tides.
Dirección: Rob Marshall.
País: USA.
Año: 2011.
Duración: 137 min.
Género: Acción, aventuras, comedia.
Interpretación: Johnny Depp (capitán Jack Sparrow), Geoffrey Rush (Héctor Barbossa), Penélope Cruz (Angélica), Ian McShane (Barbanegra), Kevin R. McNally (Gibbs), Astrid Bergès-Frisbey (Syrenia), Sam Claflin (Philip Swift), Stephen Graham (Scrum), Tamayo Perry (pirata), Gerard Monaco (oficial español), Óscar Jaenada (el español), Paul Bazely (Salaman), Deobia Oparei (pirata artillero), Keith Richards (capitán Teague).
Guion: Ted Elliott y Terry Rossio; basado en los personajes creados por Ted Elliott, Terry Rossio, Stuart Beattie y Jay Wolpert; basado en la novela de Tim Powers.
Producción: Jerry Bruckheimer.
Música: Hans Zimmer.
Fotografía: Dariusz Wolski.
Montaje: David Brenner y Wyatt Smith.
Diseño de producción: John Myhre.
Vestuario: Penny Rose.
Distribuidora: Walt Disney Studios Motion Pictures Spain.
Estreno en USA: 20 Mayo 2011. Estreno en España: 20 mayo 2011. No recomendada para menores de 7 años.
Sinopsis
En esta cuarta entrega de la saga, “Piratas del Caribe: En mareas misteriosas”, el capitán Jack Sparrow se cruza con una mujer de su pasado y no está seguro de si lo que ocurre ahora entre ellos es amor… o si ella es una despiadada impostora que le está usando para hallar la famosa Fuente de la Juventud. Cuando esta mujer le obliga a abordar el Queen Anne’s Revenge -el barco del terrible pirata Barbanegra-, Jack se encuentra en una inesperada aventura en la que no sabe a quién temerle más: si a Barbanegra o a la mujer de su pasado.
Crítica por Fer Broto
El capitán Jack Sparrow, Barbosa y el resto de la tripulación, esta vez sin la participación de Kira Knigate ni Orlando Bloom, desembarcaron la pantalla de nuestro cine Cortés.
Bob Marshall dirige esta última entrega de la saga -debería decir penúltima, con una 5ª película ya en progreso-. La cinta funciona de la misma manera que lo han hecho su predecesoras, pero no consigue avanzar, navegando por aguas de poco calado, dejando al barco si no varado, anclado o avanzando muy poco, eso sí, manteniendo el navío con todo su lustre.
Rob Marshall es elegido para dirigir esta cuarta entrega, tras las tres primeras dirigidas por Gore Verbisnki, y se deja llevar por la marea de estas no aportando nada nuevo, pero tampoco naufraga. Mantiene el mismo tono que sus predecesoras, con lo que no es que aburra, pero sí que resulta más difícil que aflore la emoción, ya que todo da la sensación de ya visto, sin que haya una evolución en ninguno de los personajes pese a haber prescindido con acierto de la pareja Orlando Bloom Kira Knightley, que terminaba por ser un lastre. Pero la anunciada presencia de la emergente estrella británica Sam Claflin, que se supone que debería de llenar ese hueco, resulta insuficiente.
Marshall realiza una eficaz puesta en escena muy al uso, con Sparrow atrapado una vez más, y que en su huida permitirá que se luzca el diseño de producción, con el avezado pirata saltando, escondiéndose y correteando por el Londres de época. Esta primera media hora o cuarenta minutos son, en mi opinión, lo mejor de la cinta, luego tras la aparición de Penélope Cruz y de Barbanegra/Ian McShane la cosa empieza a decaer y se vuelve a utilizar situaciones que a mí me resultan recurrentes y la cinta, en parte debido a su excesivo metraje -más, dos horas y casi veinte minutos, esta vez- va diluyéndose con los personajes cercanos a la caricatura y la trama cada vez más débil.
Respecto al trabajo de los actores, Johnny Deep es el protagonista absoluto, disfruta con un papel que ya se ha adherido perfectamente a su piel, lo ha hecho suyo, con el que puede explotar ese registro esperpéntico y con una indudable vis cómica, dicho esto, termina también por refugiarse en exceso en tics y recursos utilizados una y mil veces a lo largo de la saga, algo, que resulta evidente, no termina por cansar a los incondicionales seguidores de la saga. Penélope Cruz, luce su condición de estrella -latina, eso sí- de Hollywood, pero a mí no me termina de convencer, se dedica a lucir palmito y regalarnos sus escotes, pero no consigue integrarse en el tono novelesco y exagerado de la película y de sus compañeros. Geoffrey Rush, está igual de bien -o mal- que en sus tres interpretaciones anteriores en la piratería, solvente, pero esta vez con un papel más corto, espacio que llena la nueva incorporación de Ian McShane, el veterano actor británico consigue una rápida adaptación a la saga y a su personaje de Barbanegra, da a al personaje lo que necesita y camina a la perfección por el filo de la sobreactuación, saliendo bien parado. También hay que resaltar el papel que realiza el secundario Kevin R. McNally, que se ha apropiado con eficacia del papel de Gibbs de tal modo que parece imposible imaginar estas películas sin su presencia. Por último la interpretación de Sam Claflin tan sonoramente publicitada resulta decepcionante, es cierto que el guion lo limita y que da la sensación que su director se olvida de él, pero no hace nada por dotar de algo de vida a su personaje, ni por intentar defenderlo, dejando una imagen plana de un santurrón sin carácter que se supone debería dar el contraste con la avaricia y crueldad del pirateo.
Lo que sí luce con todo el esplendor de los 200 millones de dólares de presupuesto, es el diseño de producción que nos deja ese regusto de las películas clásica de aventuras marinas, y por supuesto tampoco me puedo olvidar de la música de Hans Zimmer, la melodía principal consigue eso tan difícil de identificarla al instante -como por ejemplo en Indiana Jones o La guerra de las galaxias- con las aventuras de Jack Sparrow.
Esta última entrega de Piratas del Caribe va de menos a más, no consigue aportar nada nuevo, y debido a ello, y vuelvo a repetir, a su excesivo metraje termino por hacérseme pesada, algo que no le sucede a los incondicionales de estos piratas, teniendo en cuenta su arrollador resultado en taquilla, con más de 10 millones y medio recaudados en tan solo 2 semanas, así que les sugiero que expresen su desacuerdo conmigo en forma de comentario
Posiblemente (yo no he visto esta entrega) es un ejemplo excelente de espectáculo de masas para ver en el cine: gran presupuesto, magníficos profesionales en su realización (usted cita la banda sonora por ejemplo), estrellas de la industria conocidas por todos, efectos especiales muy cuidados, humor (que también tiñe las escenas de violencia, poco realistas), argumento que sirve sólo para sostener una historia de entretenimiento durante dos horas… Me parece totalmente legítimo y, además, creo que no engaña a nadie en sus intenciones.