Pedro Solana (Barbastro). Breves instantes de suave descenso nos conducirán a las escasas rampas de acceso al punto más alto de todos: el coll de Fadas. Ahora un larguísimo descenso por el interior de un frondoso bosque nos hará sentir frío antes de llegar a Castejón de Sos. Las piernas, casi dormidas, se desperezaron pronto y se animaron al conectar la carretera que bajaba junto al río Ésera. De repente apareció amenazante un viento de bochorno que soplaba a ráfagas contra nosotros por el estrecho del Ventamillo.De manera espontánea y ciertamente instintiva habíamos formado un grupito solidario que comenzaría a hacer relevos desfilando en perfecta y muy pegada fila india para evitar el viento en contra.
Si alguien se pensaba que ahora era todo fácil se equivocaba de pleno . Yo, al menos, lo tenía muy claro al pasar la película de este descenso en mi mente pues, sin duda, había que administrar las fuerzas encarando este último trozo rompe-piernas.
Daba igual, el entusiasmo de sabernos finalizadores nos hizo, a partir de Campo, explosionar en cada relevo y mi compañero José Luis y yo mismo encabezamos este pequeño pelotón.
Cerca ya de Santaliestra alcanzamos a un par de catalanes que andaban un poco dormidos pero que se nos pegaron literalmente.
Entre relevos endiablados y sentimientos reconfortantes entramos por fin en la meta de Graus.
Ya en el alto de Serrate, al sentirme acosado, tuve el presentimiento y también la determinación de que lucharía hasta el fin por acabar. Con el espíritu en ebullición me sentía muy rockero, algo viejo, pero con ganas de saltar como tantas veces al bailar en las noches veraniegas de pasadas fiesta en Laluenga o Estada.
Al cruzar la meta y escuchar el pitido del chip se cumplió la premonición: “¡Estamos dentro…, Dios!”.
Una vez hubimos echado el pie a tierra recibimos el agradecido apretón de manos de los catalanes por haberles llevado “tan bien” en la bajada .
Como en una noche rockera resonó machaconamente en mi cabeza durante toda la jornada una y otra vez aquellas palabras y su desgarrada melodía tan sugerente :”¡WE WILL… WE WILL… ROCK YOU…!
Sí, Alejandro, como te decía en la entrevista de Hit Radio, aunque llegásemos de los últimos, nos alegrábamos igual que jóvenes vencedores, aunque fieles a la filosofía que nos hace sufrir y luchar…: COMO VIEJOS ROCKEROS…