Despertarse escuchando el trinar de los pájaros, el leve fluir del agua del río Calcón o Formiga, abrir la ventana y ver el majestuoso vuelo de alimoches, buitres y con suerte algún quebrantahuesos, con el fondo del cabezo y tozal de Guara nevados. En los pastos, entre olivos centenarios y carrascas, pastan ovejas. La vida en esta parte meridional de la Sierra de Guara transcurre lenta, apacible y sosegada, como queriendo saborear cada placer que la naturaleza en estado puro ofrece cada día en el valle, cuyo nombre no es de extrañar que sea el de la Gloria.
Entre ríos y sierras
Como otras zonas aragonesas del medio rural, el municipio de Casbas resiste a la despoblación a base del sector primario. La agricultura y la ganadería son los principales modos de subsistencia aunque cada vez más se está creando una infraestructura turística al amparo de los encantos paisajísticos y de deporte de aventura que ofrece el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara.
Para iniciar la ruta y adentrarnos en el valle de la Gloria, lo haremos desde el final hasta su origen, desde el llano a la montaña. Para ello tomaremos la entrada desde Angües desde la N – 240 (a mitad de camino entre Huesca y Barbastro), aunque existen otros accesos desde Bierge, Ibieca y Loporzano. En proyecto se encuentra la iniciativa del Ayuntamiento de crear una carretera comarcal que atravesaría la sierra de Guara y conectaría Casbas y Sieso de Huesca con Morrano. Otra posible vía sería una carretera que uniese Labata, Panzano y Yaso, que antiguamente perteneció al municipio de Labata pero que en la actualidad al igual que Morrano forman parte del Ayuntamiento de Bierge, en la Comarca de Somontano.
Turismo cultural y de naturaleza
Tras él llegamos a Casbas de Huesca, población que conserva su trazado urbano medieval con su iglesia de sillería, obra de José Soffí, del siglo XVIII, y que la convierte en un ejemplar único en la zona por sus dimensiones y acabado. La visita a Casbas es obligada especialmente por conocer su monasterio cisterciense Nuestra Señora de la Gloria del siglo XII pero con añadidos de sucesivas épocas. Su visita supone un viaje espiritual de recogimiento donde se puede imaginar cómo era la vida monástica hasta hace escasos días. Recientemente, la Fundación Progea compró a sus antiguas pobladoras con la intención de rehabilitar esta joya del patrimonio aragonés declarado Monumento Nacional y darle nuevos usos como una escuela de oficios y una hospedería de calidad.
Sieso de Huesca sorprenderá al visitante gratamente si callejea por su casco. Allí encontrará varios casales de arquitectura doméstica aragonesa fechadas en los siglos XVI al XVIII y su imponente templo y su majestuosa torre, fechado en 1550 aunque con orígenes románicos, que se está restaurando.
Pero la sorpresa más sabrosa la encontrará en la granja y afamada fábrica de quesos Villa Vilera, gestionada por José Luis Somada y Herminia Ballestín, y donde trabajan trece personas. Junto a la carretera que lleva a Labata, se puede hacer un alto en el camino y conocer una de las escasas vaquerías de la provincia y probar los artesanales quesos tiernos, semicurados, curados, cuajadas, yogures y tartas que se distribuyen por Aragón y Cataluña.
Labata ofrece varias alternativas para la práctica de deportes en contacto con la naturaleza, bien sea recorriendo sus campos en bicicleta de montaña o realizando senderismo hasta sus cuatro ermitas, Santa Lucía, la Virgen del Río, San Salvador y Santa Cruz, lo que nos habla de la importancia que tuvo este bello lugar.
Situado al pié de la sierra, esta población la atraviesa el río Formiga y su barranco se convierte en las delicias de los que buscan la acción de los deportes de aventura. El Camping de Panzano ofrece todo tipo de información y guías especializados para realizar un descenso seguro. El descenso de barrancos se puede combinar con la imprescindible excursión al santuario de San Cosme y San Damián, un espectacular y mágico enclave entre cortadas cuyo culto se pierde en la noche de los tiempos.Editar
Terminaremos este viaje en Santa Cilia de Panzano. Aunque tal vez sea el mejor sitio para empezarlo ya que en sus dos espacios museísticos, la Casa del Buitre -sito en el antiguo campanario de su iglesia- y en el centro de interpretación sobre la fauna, flora y geología del Parque Natural nos dan la bienvenida y nos hablarán de la importancia del desarrollo sostenible y de la riqueza biológica de este paradisiaco rincón del prepirineo.
Montaña arriba llegaríamos a la cumbre de Guara (2.077 m), la emblemática peña que protege todo el valle.