NdP.
Aunque habitualmente se ha asociado el valor de la marca y la estrategia de creación de ese valor a la evolución y labor de las empresas y de la publicidad, en la globalización actual, la competitividad o la necesidad de distinguirse y de promocionarse, alcanzan a las comunidades, zonas y ciudades, excediendo de una simple cuestión nominalista.
De hecho, la denominación de una ciudad es la principal “marca” de la misma, entendido este concepto con fines de difusión positiva de su imagen en conjunto, que genere presencia exterior, atracción en distintos ámbitos y nuevas perspectivas de actividad.
El vínculo de un producto que use esa denominación adquiere así mucha mayor importancia. En nuestro territorio, hemos podido comprobarlo beneficiosamente por ejemplo, con la marca “Somontano” y resulta incuestionable que otras producciones locales, como el “Tomate rosa de Barbastro” han contribuido a generar esa proyección favorable, en un segmento como la gastronomía y la agroalimentación especialmente proclive a estas iniciativas al fortalecimiento de la imagen.
Por esa misma importancia mencionada, la legislación vigente en la materia (Ley 17/2001, de 7 de diciembre) incluye, entre otras, dentro de las prohibiciones absolutas al registro de marcas, las “que puedan inducir al público a error, por ejemplo sobre la naturaleza, la calidad o la procedencia geográfica del producto o servicio” o las “que reproduzcan o imiten el escudo, la bandera, las condecoraciones y otros emblemas de España, sus Comunidades Autónomas, sus municipios, provincias u otras entidades locales, a menos que medie la debida autorización”.
Sin embargo, en fechas recientes, como confirmación de la relevancia adquirida por el “Tomate rosa de Barbastro” y en plena campaña de comercialización del producto de esta temporada, se ha detectado la utilización del nombre de Barbastro para la venta de producciones de esta hortaliza que no han sido cultivadas en el entorno de nuestra ciudad y no cuentan con los correspondientes controles y requisitos.
Conviene recordar que, con la colaboración de la Asociación de Hortelanos del Alto Aragón, actualmente se está realizando la investigación pertinente en el proceso de consecución de la etiqueta C’alial (Calidad Alimentaria) para el Tomate Rosa de Barbastro, con participación del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) y el Centro de Transferencia Agroalimentaria (CTA), ambos del Gobierno de Aragón. Un proceso que no incluye a otras producciones diferentes aunque pretendan aprovechar la pujanza de la misma marca.
Este Ayuntamiento, en uso de sus responsabilidades y potestades, puede contribuir a afrontar ese presunto fraude así como a respaldar la tarea llevada a cabo por las decenas de familias que han decidido participar, con su trabajo y determinación, en el lanzamiento y consolidación de este producto y su denominación relacionada directamente con nuestra ciudad.
Por estos motivos, se presenta la siguiente propuesta de
RESOLUCION
El pleno del Ayuntamiento de Barbastro acuerda que por parte de esta institución se autorice expresamente a la Asociación de Hortelanos del Alto Aragón a la utilización del nombre de Barbastro, asociado en exclusiva a la producción que bajo el amparo de dicha entidad se realiza del “Tomate rosa de Barbastro” y, en su caso, a su inscripción bajo esta denominación en cuantos registros oficiales valore pertinente en el marco del desarrollo de dicha marca.
El tomate de Barbastro siempre ha sido buenísimo y ha gozado de fama. Cuánta gente que vivió en Barbastro y ahora reside fuera, entre ellos médicos, militares, trabajadores de Auxini, bancarios, etc., los piden siempre que tiene ocasión. O sea, que no se ha descubierto nada nuevo…
Eso. Que igual se creen que han inventado la pólvora, y hace la intemerata que la descubrieron.