FERMA acogerá la exposición «Veinte años d feria» que conmemora el vigésimo aniversario de la constitución del a Institución Ferial de Barbastro.
Se trata de una exposición que recorre cronológicamente los principales hitos de estas dos décadas y los datos más representativos de la tradición ferial barbastrense: desde los orígenes remotos del S.XII, pasando por la reactivación de la actividad ferial en 1962 con la celebración de la «Exposición de maquinaria agrícola y del automóvil e Barbastro», hasta la creación de la red de plataformas feriales – Plataforma de Eventos Pirineos (PEP)- ratificada el pasado año.
Actualmente la Feria de Barbastro celebra once certámenes, convoca anualmente a más de 30.000 visitantes y 200 expositores llegados de varios rincones del país, así como de Francia.
Pasado ferial
Todos estos frutos son el resultado de una herencia ferial de ocho siglos, que le ha valido a Barbastro el sobrenombre de «ciudad de ferias». Y es que desde la Edad Media Barbastro es por concesión real sede de mercados y ferias que han atraído a las gentes del llano y la montaña. Las primeras alusiones de las que se tiene constancia escrita de la actividad ferial datan del mes de octubre del año 1100 cuando el rey Pedro I de Aragón y Navarra concede fueros a los pobladores del castillo de Barbastro. Más adelante, en 1512, la reina Germana de Foix concede a la ciudad la facultad de organizar una feria anual, la Candelera, que se ha mantenido hasta nuestros días y que se celebra cada 2 de febrero.
La evolución de los años cambió su denominación (FEMAARCA, FERMA) y su ubicación, pero mantuvo su esencia comercial y emprendedora, lo que la ha llevado a convertirse en el certamen más importante del Alto Aragón y el segundo aragonés tras la feria del Pilar de Zaragoza.
Esta trayectoria desembocó en la constitución de la Institución Ferial de Barbastro (IFB), que fue sin duda uno de los hitos de la historia local que convirtió la tradición ferial en la seña de identidad de Barbastro.
La exposición que se podrá ver en el «bunker» del recinto ferial quiere a través de grandes fotografías y paneles explicativos reconocer el trabajo de las personas e instituciones que han colaborado en el nacimiento y desarrollo de la IFB.