Patricia había quedado con Eva hacía ya unas semanas atrás para enseñarle todo lo que le había contado. Eva llevaba másLa virgen del Plano. de diez años viviendo fuera de Barbastro y por cuestiones de trabajo iba poco. A pesar del escaso tiempo que disponía, siempre buscaba un ratito a la semana para no perder el contacto con su amiga de la infancia,  Patricia. La última conversación que habían mantenido la había dejado triste. Se prometió y también a su amiga que buscaría un fin de semana para ir a ver el lamentable estado en el que se encontraba La Virgen del Plano.

El sábado por la tarde del fin de semana que Eva llegó a Barbastro quedó con su amiga para ir allí. Se encontraron a las cuatro de la tarde en la cruz del Barrio de Santa Bárbara, donde antaño se reunían para comenzar la excursión al Plano. La mayoría de los habitantes de Barbastro lo conocía por este nombre: El Plano.

Pequeñas nubes blancas cruzaban de vez en cuando el cielo, la temperatura de aquel sábado de abril era agradable, todo presagiaba que el trayecto iba a ser placentero. Comenzaron a caminar mientras hablaban de sus vidas. El camino estaba como Eva lo recordaba. Llegaron al último tramo y al ver la cuesta Eva exclamó:

¡Bufff!… ¡de esto ya no me acordaba!

Ambas se rieron como antaño, con despreocupación.

¿Te acuerdas de la calle “ostia macho?- le preguntó Patricia- pues esta cuesta es como esa calle. Así que arriba… ¡qué en peores condiciones la hemos subido!

Calla, calla…- respondió Eva un poco avergonzada.

Empezaron a subir animadas, pero a la mitad sus respiraciones se aceleraron. Al llegar al final de la cuesta Patricia le comentó con la respiración entrecortada:

Nos falta algo de entrenamiento…o ¿será que acaso nos estamos volviendo viejas?

Eva no le respondió y comenzó a correr, agotada pero muy animada. Se detuvo anonada al ver el estado del edificio. Su alegría se apagó de golpe.

Ya te dije aquel día por teléfono que el estado es lamentable, hay gente que está dispuesta a luchar por que esto vuelva a ser lo de antes, aunque es difícil ya que hay mucha voluntad pero todos andamos escasos de dinero. Estoy segura que algo se nos ocurrirá.

Se acercaron a uno de los pocos bancos de piedra que quedaba en pie y se sentaron a recordar viejos tiempos. Pasaron la tarde en aquel lugar evocando aquellos años con una sonrisa en su alma.

Ellas como muchos otros celebraban allí sus fiestas al aire libre, algunos vivieron sus primeros amores y otros se hicieron mayores en aquel lugar donde la naturaleza convivía en perfecta armonía con los edificios, la ermita y la zona de juegos, pero hoy en día todo ha cambiado. El abandono y el deterioro es el único acompañante de este espacio tan especial.

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2 Comentarios

  1. Es una hitoria muy emotiva, y trsite a la vez, ya que ver así la casa tiene que dar mucha pena, pero seguro que algo se os puede ocurrir para volvela a levantar, hacer alguna fiesta y vender cosas… por ejemplo
    muchos besitos amiga, como siempre me gusta lo que escribes
    besitos

  2. La fotografía que incluye la escritora en su artículo es descorazonadora. En la capital del Turia tenemos algunos ejemplos de la misma incuria, algunos han sido resueltos con éxito, como el de la Ermita de Santa Cecilia (Siglo XIV), saneada y recuperada para el culto y la Historia, otros, lamentablemente, como sucede con el Colegio del Arte Mayor de la Seda (Siglo XV) está en un estado tan ruinoso como La Virgen del Plano.
    Mis sinceras felicitaciones a Luisa Fernanda Barón Cuello, sus lectores no solo encontramos y disfrutamos de bellas historias de amistad, recuerdos y amor en sus publicaciones, ahora también compartimos pesar con la escritora.

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