Pedro Solana. Pedro Solana (portavoz de la Plataforma Barbastro en bici). El pasado domingo cinco de mayo
Digamos que esta ruta la teníamos hilvanada en la mente fruto de marchas anteriores, de los trabajos de la Cruz Roja en el desbroce y de nuestro interés de salir en descubierta para asegurar y atar los cabos de un recorrido mucho más factible que el del año pasado, intentando acercar la marcha a las antiguas traviesas y raíles que dan la vuelta al Polígono Industrial, al menos hasta la entrada de la Fábrica de Brilén.
Nuestra primera sorpresa, para este trío de buenos amigos: Estela, José Luis y Pedro, ha sido descubrir el camino que rodea la fábrica y que se alzaba paralelo a la vía en dirección de los grandes viñedos que se desplegan por los altos de la Almunieta. Casi sin darnos cuenta, perdíamos la vía hundida en una interminable trinchera que la volvía impracticable y en pocos minutos adentrábamos nuestros pasos entre las hileras de cepas vestidas de hermosos brotes verdes dibujando , eso sí, toda la curva por la que se elevaba “La Burreta” para salvar este valle donde se ubica nuestra zona industrial.
La duda de si llegaríamos a buen puerto se disipó en unos pocos cientos de metros al atravesar una zona boscosa de
Era como si al ganar altura perfiláramos nuestro ascenso más claro y evidente. Además , el paisaje se abre desde el Somontano hasta las cumbres pirenaicas más sobresalientes: Las tres Sorores, Posets y las Maladetas.
Este antiguo resto carretero nos hacía por fin culminar la Almunieta y colocar la vista en la Bodega Laus y sus caminos junto a la carretera . Con las bicicletas ahora aumentaba en rapidez y vistosidad el retorno a los viñedos, junto a las antiguas naves de Transportes Aragón como para dar todo un rodeo a esta Bodega sintiendo que la memoria y la orientación hacia Castejón iría abriendo el camino. ¡ Pero qué camino…! Bordeando campos de alfalfa de un intensísimo olor a hierba recién cortada y mezclados entre la filas de cepas justo al atravesar la autovía por un paso inferior avistábamos la torre de la iglesia de Castejón, desbocados por la ilusión y un descenso reparador ya no podíamos dudar de que este iba a ser un camino perfecto donde pasear y crear en la cabeza de cada senderista la más firme de las esperanzas en que un día, ojalá no muy lejano, podremos no solo alcanzar Castejón, sino encarar nuestros pasos o las pedaladas hacia Selgua y Monzón en una mañana deportiva y aventurera . No creo que tenga por qué ser sólo un sueño.
En estas benditas mañanas primaverales, de suaves temperaturas y de sol brillante que deslumbra con sus reflejos en toda la gama de colores, podremos todos, mayores y pequeños, unir con nuestros pasos Monzón y Barbastro para sentir la
Dicho sea: Habemus camino y sólo queda que el tiempo acompañe para que la fiesta sea completa.
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