A menudo me pregunto qué forma tendrá el amor.
Y hay una imagen siempre repetida, una luz blanca que se filtra sutil entre las ramas del silencio. Una ausencia de vacío.
Angélica Grossman.
Llevo tiempo viviendo al oeste de la frontera, en un apartamento de una ciudad que me es extraña, podría ser la tuya. Los bloques de hormigón se suman repetidos, y todo es gris dentro de mí y a veces una energía pesada sobrevuela los espacios de mi soledad y podría hablar de un círculo sin materia instalado dentro de mi cuerpo, de la ausencia de motivos, del miedo instalado en la boca de mi estómago, de las dagas afiladas sin respuesta, pero no quiero adentrarme en ese bosque cenagoso donde repetidamente hay voces que me preguntan si quiero continuar con esta farsa tragicómica . Y a veces encuentro una respuesta en la gente que transita holográmica bajo luces artificiosas, a veces, alguien me mira y destripando la maquinaría de este reloj antiguo le dice a Caperucita que nadie ríe como ella. Y una imagen blanca se despliega fugaz en el Universo y durante ese breve instante decido continuar, seguir viviendo.
Tranquila Chu-sa , siempre hay que transitar , buscar, segir viviendo , evitar al lobo que se liga a caperucitas ingenuas y . si hace falta , cambiamos de cuento y nos calzamos unos zapatos de cristal que , caminando , igual son reconocidos y reclamados por un esplendoroso príncipe azul al que no le gusta morder la carne de caperucita sino besar y dar lustre a los zapatitos de cristal de las princesas.