Ando perdida en la metaficción, los caminos de la vida y la ficción se entrelazan continuamente creando bucles intermedios donde tengo vivencias en las que no puedo distinguir en qué capa de la no realidad estoy. Un profesor de la Universidad de Harvard se ha puesto en contacto conmigo para realizar su tesis doctoral sobre el asunto. Mientras los estudiosos aclaran qué tipo de enfermedad literaria tengo, yo he decidido crear un género nuevo e instalarme allí, en la metavida, en la línea amarilla discontinua donde confluye todo, donde no hay separaciones, donde todo se hace uno y la realidad no existe porque tampoco existe la ficción. Allí he montado el campamento base, a la espera de nuevos habitantes comienzo a inventarme las normas invisibles que regirán el microcosmos y pienso en el amor como verdad, en la luz como único motor , y en la remota posibilidad de tu mudanza.
Muy bien enlazado en una lógica lineal. El final me encanta. Besicos