De forma unánime, el Pleno parlamentario justificó su rechazo a esta infraestructura por el nulo apoyo social en Aragón y las “posibles” afecciones ambientales y sanitarias que podría provocar.


Asimismo, las Cortes autónomas respaldan las “alternativas de conexiones eléctricas” que sean sostenibles social y medioambientalmente, que no hipotequen el futuro y que resulten beneficiosas para los territorios por donde discurran.
También apoyarán los proyectos que posibiliten el aumento del consumo de la energía producida con fuentes renovables y eficientes y que den respuesta a las necesidades energéticas de las zonas afectadas y de Aragón.
El diputado de Chunta Aragonesista (CHA), Bizén Fuster, aludió al histórico rechazo, por parte de las Cortes aragonesas, de proyectos similares, como la línea Aragón-Cazaril y la Graus-Sallente, tras lo que resaltó “los riesgos que este tipo de instalaciones tienen”.
El parlamentario del Partido Aragonés (PAR), Joaquín Peribáñez, introdujo una enmienda, que fue aceptada por CHA, lo que permitió concitar la unanimidad, enmienda que desvinculó el actual proyecto Peñalba-Isona de los dos anteriores, anulados por sentencias del Tribunal Supremo (TS).
El diputado de Izquierda Unida (IU), Adolfo Barrena, apoyó la iniciativa y manifestó, explícitamente, su rechazo a esta autopista eléctrica. El diputado del Partido Popular (PP), Francisco Javier Gamón, indicó que este proyecto pretende mejorar la cobertura eléctrica a Cataluña y opinó que “cuando Cataluña tiene tos, en Aragón nos entra una neumonía”.
Tras aceptar CHA la enmienda del PAR, el PP votó favorablemente toda la iniciativa.