Un entrenador que no puede sentarse en el banquillo porque el anterior técnico tiene interpuesta una demanda contra el club por impago de salario. Un equipo que no cobra y su presidente tiene que transportar a algunos jugadores en su propio vehículo a los entrenamientos pagando dinero de su bolsillo. Deudas por más de 41.000 euros, problemas con la Seguridad Social que impiden cobrar una subvención del Ayuntamiento. Un presidente que anuncia que se va y que habla de refundar el club con otro nombre. Esta es, en resumen la radiografía de la U.D. Barbastro, club fundado en 1947, un histórico del fútbol aragonés, y que está pasando sus días más críticos.
Los jugadores han conversado con este colectivo de aficionados y han aceptado su petición de terminar dignamente la temporada. Quedan seis partidos, y el próximo será en el Municipal ante el Tarazona.
Este grupo de personales ha garantizado que la próxima campaña habrá un nuevo proyecto deportivo.
De momento no ha trascendido el nombre de estos aficionados, pero se espera que en los próximos días se produzcan noticias al respecto.
El presidente dio un plazo para la reflexión que de momento no ha tenido sus frutos. Sólo ha recibido buenas palabras y agradecimiento por el coraje con el que está encarando esta campaña. García aseguraba ayer desconocer la intención de este grupo de aficionados para tomar las riendas del club ya que nadie ha hablado con él.
El club todavía debe recibir 15.000 euros en concepto de subvención del Ayuntamiento, si bien, ésta partida no se puede recibir hasta que no se resuelva un conflicto con la Seguridad Social.
Carlos García recaló hace dos temporadas en la U.D. Barbastro de la mano de la empresa GM Sport Agency dedicada a gestionar equipos profesionales. El proyecto parecía atractivo y así fue en su arranque con varios fichajes procedentes del fútbol internacional. Si bien, el proyecto fue perdiendo fuelle por las deudas heredadas y la temporada pasada, la empresa se despidió. García se quedó al frente con Jose Antonio Fierro como presidente, con el cual acabó en los tribunales. Ahora, García –solo desde buena parte de la temporada-, se marcha definitivamente.
No hay casi 300 socios, y ya veremos si se continua y como que de salva patrias estamos hartos. El colmo sería que los que forman parte del problema ahora quieran aparecer como salvadores.