Querido Pepe:
Sacaste, a la salida del claustro, la cámara de fotos
para inmortalizar, sin saberlo, un momento irrepetible,
para regalarnos tu sonrisa en compañía,
para dejarnos un dulce recuerdo cuando en septiembre notemos tu ausencia,
para susurrarnos que la vida es un soplo, un sueño, una hora.
Gracias por todo lo que nos has enseñado
y por los ratos compartidos.
Desde el IES Sierra de san Quílez
te decimos, con todo nuestro cariño:
¡hasta siempre, compañero!
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Enseñarás a volar,
pero no volarán tu vuelo,
Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.
Sin embargo…
En cada vuelo,
en cada sueño,
en cada vida,
perdurará siempre la huella
del camino enseñado.
Teresa de Calcuta