Mucho se ha hablado del hartazgo colectivo generado por la situación de bloqueo político y de cómo esta situación puede derivar en un incremento de la abstención en las elecciones del próximo 10 de noviembre. Tras un verano en el que desde los partidos, los medios de comunicación y los propios ciudadanos se han repartido responsabilidades por la repetición electoral, hoy nos encontramos ante otro escenario. No vale lamentarse por las oportunidades perdidas sino que ver qué puede suceder a partir del 10N.
Sí que es cierto que esa sensación de hastío, que tiene su reflejo en la preocupación que los ciudadanos muestran por la política y los políticos en el CIS, no puede justificarse únicamente con lo sucedido desde el pasado mes de abril. A la situación de inestabilidad política debemos añadir otras cuestiones que tuvieron el germen en la pasada crisis y se acrecentaron con los gobiernos del Partido Popular. Me refiero al incremento de la desigualdad, a la desprotección que sufren muchos estratos de nuestra sociedad o la incertidumbre social y económica generada por la revolución digital o la crisis climática.
Ante este panorama es lógico que los ciudadanos demandan estabilidad, seguridad y certeza frente a la inseguridad e incertidumbre generada por los desafíos descritos. Cada día es más evidente que los retos a los que se enfrenta nuestra sociedad ya no son futuros sino que acechan en el presente. Para poder hacer frente a estos retos se necesita contar con un gobierno con plenas facultadas, un gobierno estable y un gobierno progresista que vele por el interés de la mayoría de ciudadanos de este país.
El 10 de noviembre tenemos la oportunidad de acabar con el bloqueo político y empezar a atajar esa incertidumbre con reformas estructurales. Para ello es necesario que el 11 de noviembre contemos con un gobierno estable y fuerte que defienda un proyecto común para todos los ciudadanos. Un proyecto que aglutine y no que divida, un proyecto que genere confianza y que ilusione a los ciudadanos.
Con la precampaña electoral ya en marcha, el pasado martes los socialistas altoaragoneses celebramos un acto en Huesca al que acudió el presidente en funciones y candidato del PSOE a las próximas elecciones. Si podemos extraer alguna conclusión las más de 750 personas que asistimos a ese acto es que el PSOE ofrece estabilidad, capacidad de gobierno y un proyecto conjunto para todo el país.
Creo que ha quedado suficientemente claro, como hemos visto estos últimos meses, que un gobierno liderado por Pedro Sánchez es la única alternativa al bloqueo que ofrecen el resto de fuerzas políticas. Y que el Partido Socialista Obrero Español es la única opción que puede defender un proyecto unitario para toda España. Un proyecto que tenga en cuenta la diversidad de nuestro país, un proyecto abierto al mundo y reconocido a nivel internacional. Y un proyecto que tenga en cuenta los intereses de la mayoría de todos los españoles.
Queda poco más de un mes para el 10 de noviembre y los socialistas del Alto Aragón tenemos la labor de saber transmitir a nuestros ciudadanos que el PSOE es la alternativa para acabar con el bloqueo, para avanzar en derechos y libertadas y para que nuestra provincia siga avanzando. Porque siempre hemos dicho que la a la provincia de Huesca le va mejor cuando hay un gobierno socialista en Madrid y estos últimos quince meses son un fiel reflejo de ello. Y lo vamos a hacer siendo conscientes de la enorme responsabilidad que nos da gobernar la mayoría de ayuntamientos de la provincia, la Diputación Provincial y el Gobierno de Aragón.