Barbastro no se tiñe de rojo en redes. No le hace falta. Permitidme la explicación.
Durante estos días y bajo el lema “Alerta roja, la cultura no se para” miles de personas han compartido en sus redes fotografías de un cuadrado rojo. El cuadrado de la concienciación. La cultura segura es posible y no debe parar.
No hay nada más rentable a largo plazo, y quizá por eso siempre la cultura sale mal parada, que dotar a tu pueblo de un nivel cultural alto.
La cultura te da capacidad de comprensión y decisión. Te aporta pensamiento crítico. Te da la seguridad necesaria para defender en voz alta y sin miedo tu postura. Si el pueblo fuese culto no habría abuso de poder. Adiós al clasismo, al racismo, a mil y un ismos.
Es innegable a día de hoy que muchos de los problemas que acarreamos como sociedad son debidos a que vamos poco a poco perdiendo el nivel cultural que se había adquirido. Cambiamos el cine, el teatro, la música o la lectura por otro tipo de ocio menos exigente. Estamos cansados, todos los estamos en este para siempre maldito 2020, y preferimos la cervecita al teatro. Y eso, lectores, es lo que ELLOS quieren. Que vivamos inmersos en la cervecita tras un día agotador. Y si pueden ser dos o tres. Que invirtamos nuestro dinero en ocio fácil. ¡Vayamos a un parque temático en vez de leer un libro!
Y estamos creando una extraña tendencia a hacerlo, lo que no deja de ser curioso. Una puede disfrutar de una cerveza con los amigos, de una montaña rusa y al llegar a casa leer un libro.
O puede ir al teatro, o a un concierto y al finalizar, la tan ansiada cervecita.
Pero Barbastro, querido lectores, culturalmente ha dado un firme paso adelante, una vez más. No necesitamos poner el logo rojo en nuestros perfiles porque en la ciudad del Vero no hay Alerta Roja que valga.
Comenzamos el fin del confinamiento con una propuesta de la Concejalía de Cultura de cine a aire libre, (desde aquí pido que se repita, por favor, que ha sido una experiencia fantástica para las cálidas noches veraniegas), y conciertos y magos. La propuesta 2020 de Veranearte ha sido, como su nombre indica, puro arte. Jazz, solistas, pianos, magia, o Disney. Todo ha tenido cabida en unos eventos que cumplían, y a rajatabla, con las normas de seguridad.
Con los últimos coletazos de veranearte aún por llegar, entraban con fuerza Las Veladetas del Vero, nuevamente cultura en la calle, esta vez de la mano de la Concejalía de Fiestas. Nuevamente un acierto. Desde Noches Sabineras, la banda municipal o recuerdos de juventud de La Guardia, hasta el broche final de aplausos interminables con un Mikel Erentxun que llenó un escenario y nos hizo vibrar con su guitarra.
La cultura barbastrense no ha parado. El Ayuntamiento nos lo ha puesto fácil, todas las actuaciones han sido gratuitas, y el público ha respondido llenando todos y cada uno de los eventos propuestos.
Barbastro no se tiñe de rojo, o sí lo hace por solidaridad, y eso siempre emociona. Quizá por eso hay tantos barbastrenses de renombre por el mundo.
Yo no pongo Alerta Roja, prefiero dar las gracias a las concejalías pertinentes pero sobre todo a Javi y a Ana, quienes incasables han sido el motor cultural de este verano que nunca ha llegado.
Gracias