El obispo de Barbastro-Monzón, Alfonso Milián, celebró ayer sus bodas de oro como sacerdote en una emotiva e intima eucaristía de acción de gracias en la iglesia de la Casa Diocesana de San Ramón, en Barbastro, y a la que asistieron alrededor de 40 sacerdotes y dos religiosas de la casa sacerdotal. Milián presidió la eucaristía acompañado por Adolfo Perna, párroco de Estadilla y Olvena, y que también celebraba sus bodas de oro como sacerdote.
La eucaristía se celebraba en la víspera del día grande de las fiestas de Barbastro en el que se conmemora el nacimiento de la Virgen María. La celebración de las bodas de oro ha coincidido con el final de los ejercicios espirituales celebrados en Peralta de la Sal que han estado dirigidos por el cardenal Oscar-Andrés Rodríguez Maradiaga, Arzobispo de Tegucigalpa (Honduras) y presidente de la Cáritas Internacional. «Todos los años presido esta eucaristía como obispo pero este año tiene una sensación especial ya que soy el que presido, celebro y doy gracias a Dios por estos 50 años de sacerdocio. Han sido unos años muy ricos y doy muchas gracias a Dios porque me llamo y se sirvió de mí. Pero también tengo que pedir perdón porque en 50 años uno no hace las cosas como quisiera. Es un momento gratificante, sobre todo celebrarlo con los sacerdotes de la diócesis. Alguno no ha venido por cuestiones de salud, y para nosotros los sacerdotes juntarnos a celebrar este tipo de acontecimientos es gratificante porque se trata de algo exclusivo para los sacerdotes », señaló Milián.
P.- A lo largo de estos cincuenta años ha pasado por muchos cargos eclesiástico y celebra sus 50 años como sacerdote como obispo de Barbastro-Monzón. ¿Tras este recorrido vital y religioso cómo se encuentra actualmente?
R.- Para mí ha sido una riqueza y un reto cada uno de los cargos que he tenido que afrontar, aunque mi vocación desde joven fue la de ser párroco y me desenvolvía, con todas las dificultades que lleva la parroquia, como pez en el agua. Cuando tuve que ejercer el cargo vicario pastoral episcopal en la diócesis de Zaragoza yo quería seguir con la parroquia y seguí un año pero me fue imposible. Para mí ha sido más difícil el ser vicario episcopal, ser obispo auxiliar no fue tan difícil porque la última responsabilidad la tenía el arzobispo, pero al ser obispo residente o titular pues tienes la última palabra y tienes que tomar las decisiones ayudados por los distintos consejos y personas en las que confías, pero esto te lleva a una preocupación mayor, porque en estos momentos no son fáciles la toma de decisiones, sobre todo cuando tenemos escasez de sacerdotes.
P.- Heredó una diócesis con un clero envejecido pero que se va revitalizando con nuevos sacerdotes jóvenes.
R.- Es verdad que de momento tenemos ahora tres seminaristas y es probable que el año que viene tengamos alguno más. Y a eso hay que añadir que vienen algunos más sacerdotes, concretamente de Colombia. Gracias a estas iglesias hermanos vamos atendiendo. Eso algunas veces me quita el sueño y otros temas también que lógicamente uno los vive, los reza y se los calla.
P.- ¿La devolución de los bienes de arte sacro son uno de esos temas que le quita el sueño?
R.- No, nunca el tema de los bienes me ha quitado el sueño. Sí me ha quitado mucho tiempo y preocupaciones, pero es un tema que lo he tenido aparcado siempre y cuando ha habido que cogerlo lo he afrontado y lo he atendido en las distintas instancias. Es un tema que me ha llevado mucho tiempo y una de las cosas que he hecho a gusto ha sido el contacto con los medios de comunicación , es algo de lo que no me puedo quejar porque en Barbastro y en Aragón es un tema que se ha tratado muy bien y en su justa medida.
P.- ¿Y cómo ve este asunto, piensa que la solución está
cerca o lejana?
R.- Este tema si fuera por el obispo de Lérida estaría solucionado hace tiempo. Hay unas situaciones políticas que nos dificultan mucho la resolución de cumplir una sentencia nada menos que de la Signatura Apostólica, que es el órgano supremo, donde ellos recurrieron y denunciaron no a la diócesis de Barbastro – Monzón si no a la Congregación de los Obispos que es quien determinó el paso de las parroquias y de sus piezas de arte. A nosotros nunca nos han llevado a juicio, porque estamos para recibir las obras. Eso la gente no lo sabe, no es una demanda que nos hacen desde Lérida si no una demanda que hacen a Roma, a la Congregación de los Obispos, y que ya ha decidido la Signatura Apostólica que es el órgano supremo judicial de la Iglesia.
P.- ¿Cuáles son esas situaciones políticas que dificultan el regreso?
R.- Tenemos al consejero de ahora que escribió en un libro antes de ser consejero que esos bienes eran de la diócesis Barbastro-Monzón y que deberían de devolverse a sus propietarios. Ahora se le ha preguntado por esas afirmaciones y dice que no se acuerda de eso. Quiero decir que saben lo que tienen que hacer pero políticamente no se dan los pasos y ahí tenemos el principal obstáculo.
P.- Este sábado Barbastro celebra su ofrenda floral a la Virgen y usted la presidirá al igual que la misa en la Catedral que se celebrará posteriormente. ¿Qué mensaje lanza a la diócesis en su 50 aniversario?
R.- Este sábado es una fiesta muy importante porque celebramos el nacimiento de la Virgen María y ella nos ha traído lo más importante que es Jesucristo. Lo que quiero compartir es que nos sintamos queridos por la Virgen y que acudamos a nuestra propia madre y sigamos lo que ella nos dice que es haced lo que Jesús os diga, como dijo en las bodas de Caná. El mensaje es que hagamos lo que Jesús nos diga.