En el turismo de aventura en Alquézar y en la sierra de Guara no sería lo mismo sin aportaciones de ciertos nombres propios, uno de ellos el emprendedor Alfonso Puigcercús. Empresario de espíritu inquieto y dinámico, Puigcercús celebra los 25 años de la fundación del Hotel Santa María de Alquézar, un establecimiento que ha contribuido significativamente a posicionar la villa medieval como uno de los destinos turísticos más populares de Aragón y España.
De 21 habitaciones, el hotel está inspirado en la arquitectura altoaragonesa y en el propio entorno natural y cultural. De hecho, la Sierra de Guara siempre ha sido la razón de ser del Hotel Santa María de Alquézar y de su propietario fue uno de los pioneros en barranquismo y deportes de montaña en nuestro país, con más de 30 años en la mochila de la empresa “Avalancha”, una de las primeras en crearse en el mundo de los deportes de aventura, cuando nadie utilizaba ese término para referirse al descenso de cañones introducido en la zona por los franceses.
Su iniciativa hotelera, concebida cuando sólo contaba con apenas 23 años, le mereció ser finalista en el Premio Joven Empresario de Aragón. Durante estos 25 años, Puicercús no sólo ha promocionado su hotel por España y el extranjero sino, sobre todo, ha publicitado Alquézar, la Sierra de Guara y todo Aragón, como paraíso natural y de deportes de aventura.
Pero la aventura no estuvo exenta de obstáculos, el principal, encontrar financiación a un joven de 20 años. “Acudí al Instituto Aragonés de Fomento mientras estudiaba Marketing y Publicidad. Me pusieron un tutor e hicimos un plan de viabilidad, pero no me daba dinero nadie. La obra me costó ciento y pico millones de pesetas”, cuenta.
Acudí al Instituto Aragonés de Fomento mientras estudiaba Marketing y Publicidad. Me pusieron un tutor e hicimos un plan de viabilidad, pero no me daba dinero nadie. La obra me costó ciento y pico millones de pesetas”, cuenta.
Titulado en las primeras promociones como Guía Profesional de Montaña, especializado en el descenso de cañones, Alfonso Puicercús constató en su trabajo de guía que sus clientes demandaban un alojamiento de calidad, escaso entonces en la zona, lo que ayudó a determinar el futuro hotel.
Paralelamente, se tituló como profesor de la Escuela Española de Esquí, e impartió clases de esquí en Formigal durante 15 años. En deportes de montaña, cabe destacar su colaboración con el equipo de rescate de la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales (EMMOE) en Candanchú.
Puicercús ha compaginado su aventura empresarial y de deportes de montaña en Aragón con múltiples actividades por todo el mundo, como la creación y puesta en marcha de una empresa de deportes de aventura en el Gran Cañón del Colorado (Estados Unidos), la búsqueda de oro y diamantes en África, ejercer de misionero en el Golfo de Guinea con los niños de la calle o producir material deportivo en China. Durante años, compatibilizó la temporada hotelera y de barrancos, más veraniega, con la invernal, en la que impartía clases de esquí y viajaba para hacer negocio e investigar el mercado extranjero, con diversas ideas de negocio en Venezuela, Cuba, Estados Unidos, Perú o Bolivia.
Su inspiración surgió a los 14 años, cuando, mientras pescaba en el río Vero con su padre y hermanos. Allí se encontró con unos turistas holandeses a quienes guió por el río cobrándoles a cada uno 2.000 pesetas de hace casi 40 años. “Entonces vi que ese era mi negocio”, explica Puigcercús. Ello le animó a formarse en speleología y alta montaña en Francia, cuyos conocimiento incorporó en Guara.
“Cuando aquí no se conocía nada de técnicas de barranquismo traje de Francia manuales porque no teníamos ni técnicas de auto rescate, más allá de hacer rápeles. Ahora se ha diversificado y hay muchísimas empresas, antes éramos alpinistas y gente de montaña y ahora ya hay guías de barranco”, cuenta.
Durante estos 25 años, Puigcercús no solo ha promocionado su hotel, sino que también ha puesto en el mapa a Alquézar, la Sierra de Guara y Aragón como destinos de turismo de aventura. Ha colaborado en programas de televisión como La 1 y Aragón TV, trayendo a figuras destacadas de la música y el espectáculo para promover la región. También ha sido conferenciante y ha compartido ponencias con figuras destacadas como el gurú tecnológico Carlos Barrabés, tan de actualidad en estos días, y Antonio Rébola, presidente del grupo Panishop.
Aunque sus proyectos no siempre han sido exitosos, como la fallida creación de una macro tirolina en el barranco del río Vero, Puigcercús continúa buscando nuevas oportunidades de negocio. Actualmente, considera proyectos en Portugal y mantiene su enfoque en actividades que combinan aventura y exotismo. “A mí lo que más me gusta hacer cosas donde la gente se divierta y sobre todo la aventura y lo exótico. No me motiva tanto estar en un sitio, por eso no paso tanto tiempo en Alquézar porque se me queda pequeño”, afirma.
El refrán ‘De casta le viene al galgo’ serviría para explicar este ímpetu tan enérgico ya que Alfonso lo atribuye a herencia genética. “Mi abuela tenía tierras y emprendió varios negocios, mi madre vino de Valladolid para hacerse cargo de la Farmacia de Alquézar y mi tatarabuelo estuvo en Cuba. Y antepasados míos ya estaban vinculados con las Salinas de Naval en la Edad Media”, cuenta con orgullo.