Cuando la calle principal de Graus fue nominada “Angel Samblancat” quedé sorprendido de que a un personaje tan atrabiliario su municipio le dedicara su calle mayor. Había leído sobre sus exaltadas y agresivas actuaciones durante la II República y la guerra civil (incluyendo su perjudicial paso por Barbastro) y al saber de la noticia no le creí merecedor de tanto honor.
Pero el alcalde de Graus, Ramón Miranda, quien fuera asesor cultural en el Gobierno de Aragón, y en la DPH, decidió que luciera la calle de Ángel Samblancat en el callejero de su pueblo.
La primavera pasada, en una tertulia vespertina en un velador de la calle del Barranco, en grata compañía de unos grausinos, comenté lo chocante que me resultaba que la calle principal la dedicaran a un personaje tan estrafalario y radical, y pregunté cómo sentó la medida cuando se adoptó; me dijeron que el pueblo se dividió en dos y hubo a quienes pareció muy mal…
Ayer, leyendo las memorias de Azaña, veo la pésima opinión que de Samblancat tenía el entonces Ministro de la Guerra, y luego Presidente de la República, cuando escribe el 28 de julio de 1931 lo siguiente:
“Ha venido a las Cortes una especie de energúmeno, Ángel Samblancat, que se ha pasado la tarde vociferando y gesticulando. A Maura le ha dicho que era cómplice de los supuestos asesinatos de Sevilla, que él da por ciertos. Hemos tenido que sujetar a Maura que se lanzaba fuera del banco”
Azaña se refiere a Miguel Maura, Ministro de Gobernación republicano; Maura Gamazo regresó de su exilio a España en 1953 y, en ocasiones veraneaba en Graus, en la torre Pintineta. Su mujer, Rosario López de Carrizosa, era muy devota y la conoció mucho mi tío Julio, entonces párroco de Graus. Alguna cosa me contó sobre sus conversaciones grausinas con Maura relativas a acontecimientos republicanos, algunos trágicos, que Maura conoció como Ministro de Gobernación.
Mientras Miguel Maura veraneaba en Graus, Ángel Samblancat estaba en Méjico. Uno pudo volver a España y el otro ni lo intentó…
¿ Pudo sospechar D. Miguel Maura, cuando atravesaba la calle principal de Graus camino de la torre Pintineta, que, con el tiempo, aquella larga calle sería dedicada a Ángel Samblancat, a quien un día quiso romperle la cara en el Congreso?