Agosto de 1936 fue un día inolvidable para la memoria de Barbastro. Los primeros días de la Guerra Civil se notaron de forma cruenta en la ciudad del Vero, donde se llevó a cabo una de las represiones anticlericales más sangrientas que culminaron con la tortura mediante castración y muerte del obispo Florentino Asensio, de los seminaristas claretianos, los benedictinos del Pueyo y laico Ceferino Jiménez Malla, ‘El Pelé‘, el primer beato gitano.
De este pasaje negro de la historia española se ha escrito mucho pero faltaba una película y de eso se ha encargado el joven director Pablo Moreno de la productora de Ciudad Rodrigo de cine espiritual Contracorriente. Moreno conoció la historia de los mártires «por casualidad cuando fui invitado por el obispo en octubre de 2011 para impartir una charla sobre las nuevas tecnologías y me enseñaron el museo de los mártires claretianos. Al entrar pensamos: aquí hay una película». Y así ha nacido ‘Un Dios prohibido‘, que el viernes se proyectó en el Cine Cortes de Barbastro en un estreno nacional que ha coincidido con el de otras treinta salas del país (también se exhibe hoy en Monzón, Sariñena, Mequinenza y Boltaña).
Moreno y su equipo han dirigido a un elenco de 54 actores (y más de 200 figurantes) provenientes del teatro, la televisión o el cine como Jesús Guzmán, Elena Furiase (como Trini la Pallaresa-personaje real de una miliciana que se enamora de un seminarista-), o los aragoneses Ainhoa Aldanondo (miliciana) o Gabriel Latorre (obispo), entre otros. El rodaje fue en Ciudad Rodrigo pero en la cinta se alternan imágenes de Barbastro y sus alrededores como el Pueyo.
El estreno nacional contó con la presencia en Barbastro del director, miembros del equipo de dirección y los actores Mauro Muñiz, que interpreta al Tío Pelé, y Bárbara Rodríguez, su hija, que recibieron el aplauso del auditorio con el fundido en negro.
El director se mostraba sorprendido por la «respuesta tan especial que estamos recibiendo con un proyecto que es muy humilde pero que cuenta la historia bestial de los mártires claretianos y de los personajes muy cercanos a la historia como el obispo Florentino y El Pelé».
Moreno ha afrontado un tema «tan controvertido como la Guerra Civil» huyendo de imágenes truculentas y dando un perfil psicológico a los personajes que evolucionan en función de los hechos. «Hemos huido de mostrar el dolor de forma explícita y de presentar a los personajes de una forma maniquea, de buenos y malos. Hemos querido tener el mayor respeto para todas las partes. Esta es una historia de amor de 51 jóvenes de 19 y veintitantos años que mueren perdonando. El perdón es el adjetivo que califica a esta novela», explicaba.
El actor que encarna al Pelé señaló que ha sido «un regalo interpretar la figura de un futurista que creía en la integración de los niños payos y gitanos. Deberían estar muy orgullos de tener una figura como El Pelé, porque si nacieran más personas así el mundo sería mucho mejor».
La proyecciónn reunió a numerosas personas, entre ellas el alcalde Antonio Cosculluela, diputados como Ángel Pintado, el ecónomo provincial de los Claretianos, Ángel de la Parte, o el obispo Alfonso Milián, que recalcó su gran «admiración por los mártires claretianos. Uno de mis mayores impactos es estar en una diócesis de mártires. Tenemos 114 sacerdotes mártires y ojala podamos realizar el proceso de beatificación de todos».