Las tradicionales labores del hogar y de la sociedad rural todavía siguen vivas en el corazón de la sierra de Guara. La asociación cultural «Portal de la Cunarda» de Colungo realizó este domingo por segundo año consecutivo una exhibición por las calles de esta localidad del Somontano de algunos de los trabajos domésticos y las faenas del campo propias de la ancestral economía de subsistencia que se mantuvo durante generaciones hasta nuestros días.
Las mondongueras pasaron toda la mañana dominical preparando el mondongo para elaborar tortetas en grandes ollas a fuego de leña, o embutía longanizas con «capoladoras», adobaban el lomo de cerdo para su conservación en aceite o elaboraban almendras garrapiñadas como postre.
Pero no todas las labores estaban vinculadas a la cocina, también se mostró a los asistentes cómo fabricar jabón casero, a base de reciclar el aceite usado, mientras que las bolilleras de Buera y Pozán de Vero, se sumaron a este exhibición etnológica, y aportaron su destreza a la hora de hacer encaje de bolillos.
Por su parte, los hombres se encargaron de recoger la leña y prender hogueras, limpiar las olivas y cómo no, elaborar con alambiques el popular anís de Colungo «el mejor del mundo», como afirma el dicho de este aguardiente.
Los asistentes a este «hogar tradicional al aire libre» pudieron no sólo conocer los saberes ancestrales sino degustar tortetas recién sacadas del caldero, echar un trago del digestivo anís de Colungo y seguir a la ronda de «Os chotos d’ Embun» que animó la velada.
Algunas de las casas vistieron sus mejores galas, con la colocación de manteles decorativos en los balcones y sacaron a la calle los aperos de labranza para recrear el ambiente tradicional. Una de ellas fue la de Fernando Abadía, uno de los miembros de la asociación «Portal de la Cunarda» quien elaboró junto a su padre el aguardiente para calentar un gélido domingo. Fernando explica que se decidió hace dos años «para recuperar oficios tradicionales perdidos en Colungo y para dar mayor ambiente al pueblo». En este afán, este año los vecinos también recuperaron la romería con la bandera a la ermita de Dulcis, perdida tras la guerra civil.
Fernando Abadía explica que el objetivo de esta muestra es «recuperar oficios tradicionales de Colungo como las bolilleras, porque aquí ya no quedaba ninguna, o cómo hacer jabón con sosa, el anís, o el mondongo, que ya no se hace y las generaciones nuevas no saben qué hacer con un tocino».
«Las tradiciones no se tienen que perder para que las nuevas generaciones podamos conocer cómo se hacen aunque no sean con métodos tan artesanales y poder valorarlo. Ahora la vida va muy rápida y con mucho estrés. Además estas cosas ayudan a que en los pueblos haya algo de vida y la gente se anime a quedarse y venir», asegura el miembro de la asociación cultural.