Francisco Hernández Cordero
Autor: Francisco javier Hernández Cordero
Del peregrinaje de los ex presidentes del Gobierno por la comisión de investigación sobre la crisis financiera que ha tenido lugar durante esta semana, he de reconocer que, más allá de la comparecencia, francamente mejorable en las formas de Rodrigo Rato, lo que realmente me ha revuelto las entrañas es la de Pedro Solbes, a la sazón vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda en los años en los que la crisis pasaba de la fragua al inicio de su consolidación. En aquel momento, ya estaba clara para muchos la dimensión de la gran crisis que se avecinaba y…
Cuentan que cuando Neville Chamberlain volvió triunfante de Munich en 1938 tras entregar a Hitler los Sudetes–región hasta entonces pertenecientes a Checoslovaquia– en un ridículo intento de evitar una guerra inevitable aplacando las ansias expansionistas de aquél a base de políticas de apaciguamiento, Winston Churchill le espetó en el Parlamento “habéis elegido el deshonor para evitar la guerra, ahora tendréis el deshonor y la guerra”. Tremendo. Más aún a la luz de la historia. Tremendo en el fondo y en la forma, pero así se las gastaba Churchill. Deshonor, la palabra sabiamente elegida, hunde su raíz etimológica en el honor,…
Si tuviera que elegir tres pilares sobre los que pienso que debe asentarse la vida de cualquiera elegiría la formación, la experiencia y el sentido común, por este orden. Huelga decir que la formación es fundamental para posicionarse y comprender, medianamente bien, el contexto que a cada cual nos rodea en un mundo cambiante y exigente como el actual. La experiencia, ese bálsamo que regala el tiempo, que atempera el carácter y lo dota de una perspectiva vital en la toma de decisiones y en la forma de afrontar los hechos que componen nuestra existencia. Y el sentido común; ay,…
Llevo días y días posponiendo este artículo no por esa inclinación innata a la procrastinación de cuya academia soy ilustre componente, lo reconozco, sino por dos motivos menos prosaicos. El primero es la reticencia a repetir temas, cosa obvia en condiciones normales pero que, en los tiempos en los que vivimos resulta harto complicada. El segundo es el tremendo aluvión de noticias que sobre el asunto catalán –como no– se producen a cada instante y que provocan que lo que ahora es noticia digna de ser referida pase a segundo, tercer o cuarto plano en pocos minutos. Y de ahí…
La verdad es que me cuesta horrores escuchar a determinados y autodenominados políticos de este país, más aún cuando sus ideales no solo no coinciden con los míos, sino que rozan, en cada intervención, el disparate más absoluto. Me cuesta. Pero hay que hacerlo, hay que escuchar a todos –y a todas– porque, además de ser un sano y necesario ejercicio democrático, también es útil para hacerse una idea de en qué condiciones tenemos la cocina política patria y entender cómo puñetas hemos llegado hasta aquí. La situación actual es innegablemente propicia para este tipo de actuaciones de observación y…
He de reconocer que una de las últimas acciones de los timoneles del proceso autodestructivo catalán, a saber, la Asamblea Nacional Catalana, Omnium Cultural y la CUP me ha dejado preocupado por lo de fractura social y enfrentamiento vecinal duradero tiene, que no es poco. A principios de esta semana apareció en la red un panfleto de los instigadores del pruses que inmediatamente me recordó a aquellos dictados de los Comités de Defensa de la Revolución cubanos, piara de chivatos y mermados que, por no tener ni saber hacer cosas mejores, se dedicaban y se dedican, barrio por barrio, a…
Soy un demócrata, pero no respeto las decisiones de los demás, menos aún las que no me gustan. Normalmente me paso democráticamente por l’arc de triomf Leyes y Normas que no me apetece cumplir. Soy un defensor de la libertad de expresión, a no ser que lo que digan no esté en consonancia con mis ideas u opiniones, se rotulen o se expresen en un idioma al que odio, el castellano. Lo denomino así –castellano– porque si oigo hablar del español ya es que reviento. Soy pacifista –y pacífico– siempre y cuando no estime conveniente defender a golpes mis ideas…
Hace mucho tiempo, al inicio casi de mis estudios de Derecho Constitucional y a medida que iba profundizando en la materia, acuñé en mi ideario un concepto que me inquieta hasta hoy y que no es otro que, el Estado, en su plano garantista, resta a la democracia elementos consistentes para luchar contra los antidemócratas. El Derecho Civil, el Penal y el resto del Ordenamiento Jurídico, tributarios de la Constitución, son armas válidas para luchar contra los antidemócratas de grano gordo, aquellos que, haciendo de su capa un sayo, roban, matan, cercenan e ignoran sistemáticamente reglas, principios y valores ampliamente…
Que la izquierda está del lado de los pobres es un mantra que llevan acuñando y repitiendo durante décadas y prometen seguir haciéndolo ad nauseam porque parece que les va bien. Y les va bien no porque lleven años intentando paliar los problemas de los más desfavorecidos, que va, sino porque, a sabiendas o no, quieren tanto a los pobres que no dudan en asegurarse de que cada día se fabrican unos cuantos. Pobres coyunturales que se van acumulando a los estructurales, esos que la izquierda tiene siempre en cartera para echar mano de ellos cuando se necesita, como si…