Hace tiempo que se viene detectando la necesidad de otro modelo de intervención en la atención primaria de los servicios sociales de la Comarca del Somontano.
La atención a las personas en situaciones de pobreza no pueden ser la que responde a un modelo meramente asistencial, fundamentalmente institucionalizado, fragmentado y que habitualmente opera con criterios de discrecionalidad –en muchas ocasiones se podrían calificar de opacidad-.
Esta situación se ha hecho más evidente con la situación actual que estamos viviendo con el CORONA VIRUS. Los servicios sociales de la Comarca han seguido utilizando los mismos criterios de siempre, como si no estuviéramos en una situación de emergencia. Esto ha provocado y sigue provocando que no lleguen las suficientes ayudas a las personas necesitadas por no cumplir determinados criterios. Criterios que evidencian su ineficacia, ya que no se pueden adaptar ni en situaciones límites como la de la pandemia que estamos viviendo. Se da una excesiva burocratización que imposibilita dar respuestas rápidas a problemas urgentes, dando lugar a situaciones de gravísima vulneración de los derechos básicos de personas, muchas de ellas menores.
No debería ser posible que una familia con seis hijos esté sin agua caliente durante los meses más crudos del invierno; que haya personas que están viviendo sin agua, sin luz y sin calefacción; que se niegue alimentos a una familia, el apoyo a un bebé de tres meses, que haya gente que dependa su subsistencia de lo que tiran en los supermercados.
¿Cómo puede ser que una familia con niños pequeños, a la que los bomberos ayudaron a salir de su piso porque se estaba hundiendo el techo de la casa una noche de tormenta, el único apoyo que reciba sea una lista con las direcciones de las agencia inmobiliarias?
Hay niños y niñas que llegan a la escuela tarde, sin ropa adecuada y sin haber desayunado, ni probablemente cenado, ya que la última vez que comieron fue en el comedor escolar el día anterior. Sigue habiendo absentismo en Primaria y en Secundaria, en esta etapa alarmante en el caso de algunas minorías.
Durante el confinamiento que hemos vivido, hay niños y adolescentes que no están haciendo los deberes porque no tienen lápices, bolígrafos, folios, conexión con internet o, simplemente, una mesa donde apoyarse; y no se ha previsto ningún tipo de apoyo o recurso especial.
Existen entidades bancarias que están cobrando intereses abusivos, seguros injustificados y se estén quedando con buena parte de las ayudas – como las becas de comedor de los niños-, a pesar de ser de ser ilegal; para cobrarse algún impago que no han logrado pagar las familias. Nadie hace nada al respecto.
Los transeúntes que pasan por Barbastro duermen en el suelo de la calle o en algún portal. Se les proporciona un bocadillo y un billete para que se vayan de la ciudad.
Estos son algunos de los muchos ejemplos que se están dando. ¿No se debería pensar que hay que cambiar de criterios de intervención, de actuaciones y que hay que organizar recursos eficaces para atender casos de urgencia?
Nadie se ha preocupado siquiera de informar sobre la pandemia, ni proporcionar unas mascarillas para que los más desfavorecidos puedan proteger y protegerse; y, así, poder cumplir con la normativa sanitaria que se exige en la actualidad.
Se necesita un modelo nuevo más cercano a la ciudadanía, flexible y sensible a las necesidades sociales, con gran implicación con la comunidad. Un modelo que parta de una buena acogida y análisis de las necesidades reales de las personas y que diseñe y desarrolle programas de intervención cuyo objetivo principal sea la prevención de la exclusión social, acciones sobre el entorno que permitan la erradicación de la pobreza y no de su mantenimiento. Es imprescindible planificar actuaciones y realizar un seguimiento y evaluación de las mismas que permitan verificar su adecuación.
Aspectos que nos parecen básicos y fundamentales:
- La creación de un espacio donde las personas demandantes de ayuda se sientan bien acogidas. La personas en situación de vulnerabilidad necesitan sentirse bien recibidas, apoyadas, respetadas y con la seguridad de se va a tratar lo mejor posible su problemática. Un lugar de referencia, para la esperanza, a pesar de las dificultades que puedan existir.
- Criterios mínimos de atención y actuación elaboradas y consensuadas entre las instituciones, los agentes sociales, y representación de los afectados que serían públicos y de obligada aplicación.
- Es necesario dar respuesta a las situaciones de emergencia. Habría que ir pensando en la creación de un comedor social, apertura de comedores escolares en vacaciones (los niños tiene que comer adecuadamente también en vacaciones), pisos de acogida, puesta en marcha de albergue,… Es necesario poder solucionar situaciones de urgencia a las que no se da ninguna respuesta.
- Participación de los implicados en la propia resolución de sus problemas, pero contando con el apoyo y los recursos suficientes, tanto personales como materiales. Las intervenciones deben tener un carácter educativo para que se produzca un avance y un desarrollo personal.
- Desarrollo de programa de atención a la infancia y familias, que tiene como objetivo asegurar a los menores un entorno que permita su desarrollo personal, mediante mecanismos de protección, apoyo personal, familiar y social.
- Desarrollo de programas de economía doméstica y restauración de viviendas.
- Desarrollo de programas de incorporación social, capacitación para trabajo, recursos para viviendas dignas, actividades lúdicas y educativas, … y todo un conjunto de actuaciones que favorezcan la inclusión social a personas en riesgo o en situaciones de exclusión social.
- Coordinación efectiva entre las diferentes instituciones que intervienen en el ámbito de la atención social nuestra comunidad. Y estamos hablando de coordinación para proporcionar mayor eficacia a los recursos y no de delegación de responsabilidades. También coordinación con instituciones de otros ámbitos: educativo, salud, justicia,…; todo ello necesario para dar la respuesta integral necesaria para la complejidad de muchas de las situaciones en las que se trabaja.
- Mayor vinculación con la comunidad. Campañas de sensibilización, fomento del voluntarismo, la mediación, la participación. Todo ello que posibilite un trabajo social comunitario.
Es necesario dotar a los Servicios Sociales de personal y recursos suficientes y que los políticos responsables del área social, tanto de la Comarca como del Ayuntamiento, que tienen responsabilidad en el buen funcionamiento de este ámbito, deben desarrollar su trabajo de control, ya que para ello fueron elegidos.
Barbastro es una ciudad solidaria, no puede haber familias o personas que carezcan de lo necesario para vivir con dignidad. Porque es lo que se necesita para un adecuado desarrollo de la persona y para que la sociedad pueda mantener un ambiente libre de conflictos, delincuencia,… La cohesión social no es posible si todas y cada una de las personas, de las familias, no tiene un mínimo para vivir, si no tiene sus necesidades básicas cubiertas.