Durante el paso de la procesión, se descubrió una placa en el edificio donde se encontraba el convento, conmemorando la erección canónica de la Cofradía el 18 de marzo de 1949, por el obispo Arturo Tavera. Aunque la Cofradía fue erigida en la iglesia de San Francisco de Asís, el obispo concedió una autorización especial para que su capilla se instalara en el Convento de las Claras, dentro de la misma parroquia. En aquel entonces, la iglesia se encontraba en un estado de deterioro que la hacía inapropiada para albergar una capilla dedicada al Nazareno, por lo que el culto permaneció en el convento hasta su demolición.
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Hace 25 años, el paso del Nazareno realizó su primera salida desde la parroquia de San Francisco de Asís, y este aniversario ha sido celebrado con solemnidad y emoción. A la procesión han sido invitados los hermanos mayores de las cofradías de los nazarenos de Huesca, Jaca y Monzón, junto a la Corporación municipal de Barbastro, en la que tanto el alcalde como la concejal de Cultura son nazarenos, y el resto de cofradías que forman parte de la Semana Santa de Barbastro, declarada de interés turístico nacional.
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El Hermano Mayor de la Cofradía, Armando Linés, ha destacado el ambiente de celebración y hermandad que ha impregnado esta procesión especial. Según sus palabras, «se ha animado a participar a todos los cofrades mayores de edad en activo y a aquellos que lo fueron, independientemente de su encargo habitual, permitiendo así que varias generaciones y familias compartieran este momento especial». Durante la procesión, los cofrades de todas las edades portaron el paso, acompañados de claveles que simbolizaban que «la alfombra floral del paso se extiende por las calles».
La procesión recorrió las mismas calles que pisó por primera vez el Nazareno: desde la plaza San Francisco, cruzando el puente peatonal, hasta la plaza Diputación, y continuando por la calle San Hipólito, la calle Pablo Sahún (conocida también como la calle de las Monjas), calle Monzón y General Ricardos, para finalmente regresar al templo.
El acto estuvo precedido por una eucaristía en un templo lleno de fieles, donde se vivieron momentos de profunda devoción y emoción, enmarcando esta procesión como un acontecimiento especial en la vida de la Cofradía y de la ciudad de Barbastro.