La costumbre de colocar un Belén en cimas emblemáticas del Pirineo viene de lejos entre los montañeros barbastrenses. Allá por 1969, unos pioneros de Montañeros de Aragón subieron a poner el belén en la cima de Cotiella en pleno invierno. Sin duda se jugaron el tipo enfrentando las inclemencias y el frío; además, era su segunda conquista invernal de Cotiella ya que habían conseguido la primera ascensión invernal a este pico en el invierno de 1958 y se les reconoció como tal, como primera Nacional. Ya lo había prometido en los años cincuenta uno de ellos, José María Figuerola, al llegar por primera vez a Barbastro desde Barcelona en tren y ver la silueta nevada de Cotiella: “-allí subiré algún día”. Fue más pronto que tarde, está claro.
Estamos a finales de un año excepcional. Hemos celebrado muchos actos en conmemoración de nuestro 75 aniversario MAB “-como club y a la vez como institución barbastrense en el ámbito social”, -Fernando Torres dixit.
Este miércoles 18 de diciembre la pujante sección de Marcha Nórdica nos va a presentar una exposición fotográfica en el Centro de Congresos. Allí seremos testigos de muchos de esos 56 históricos belenes en una exposición preparada con mimo pues le han dedicado muchas horas igual que ya le dedicaron muchas horas a la preparación de las 12 horas de Marcha Nórdica del pasado mes de mayo.
Motivados por todos estos eventos, tanto José Masgrau como su mano derecha, Carmen Guardia, decidieron sabiamente que un Belén tan especial como el de este año se tenía que celebrar en el corazón del Somontano, en el Santuario de Nuestra Señora de Dulcis.
De esta manera reuniríamos a socios en activo de la sección de senderismo y también a socios muy veteranos que, acudiendo en coche, quisieron acompañar en tan bonita Jornada. Es por eso que nuestro querido capellán Pedro Escartín accedió a la celebración de la misa en un lugar espectacular como la ermita-referencia de Buera y de todo el Somontano, bajo esas magníficas yeserías geométricas y también, ¿-por qué no decirlo?… con cierta sensación de frío en el ambiente aunque el calor se adueñó de los corazones cuando Pedro, tras su emotiva homilía, bendijo a la Junta saliente, a la Junta entrante y a todos los participantes “de buena voluntad”.
El frío nos había acompañado desde el inicio cerca de Huerta de Vero pues el itinerario de 10 km remontaba la orilla izquierda del Vero y no fue hasta coger cierta altura cuando recibimos los rayos de sol que subían muchos grados el termómetro y los ánimos de la cincuentena de marchadores.
Nada más llegar a Buera nos sentamos para echar un bocado; tras la merecida pausa continuamos hacia la ermita de San Juan Bautista, Pozo de Hielo y siguiendo el caminito de la ruta del aceite, muy vestido de carrascas, con restos de haber sido empedrado, arribamos por fin al despoblado de los Corrales donde quedamos boquiabiertos ante el molino olivarero restaurado.
Por fin, reunidos todos a las puertas del Santuario y tras la misa, rodeamos el improvisado altar en el que bendecir esas figuritas tan viajeras en cada Belén y siempre tan bien acompañadas por piolets, cuerdas, lema y logo del 75 aniversario y otros emblemas montañeros.
La comida de hermandad en el restaurante La Olla de Colungo fue el colofón a otra fiesta de esas que hacen Club, una vez más, gracias al buen humor, regalos y las palabras acertadísimas de José, quien mostró su inmensa gratitud por estos treinta y dos años de presidencia que tocan a su fin.
Antes de despedir esta crónica tan fácil de escribir pues es el corazón quien dicta, quisiera recordar que tras la exposición de belenes del miércoles 18 tenemos la Asamblea de socios el jueves 19 y el viernes 20, el Belén urbano de la Peñeta, nuestra contribución, una vez más, a la Navidad de Barbastro en colaboración con los barrios de la ciudad.
Por todo ello
….los montañeros alzamos la voz para desear:
¡-Feliz Navidad a todos!