La campaña de recogida del tomate rosa encara su primer mes arrojando buenas perspectivas que podrían derivar en una nueva cosecha de récord. Si las estimaciones de la Asociación de Hortelanos del Alto Aragón se cumplen y la climatología respeta a esta preciada hortaliza, a mediados de octubre cuando termine la campaña se habrán recogido 2,3 millones de kilos de tomate rosa. Ello supondrá un aumento del 15% con respecto al pasado ejercicio.
Las cifras todavía son más vertiginosas si las comparamos con las de hace diez años cuando surgió esta asociación para realzar uno de los productos estrella de la huerta del Vero y convertirlo en un activo económico y de marca del territorio. El ejemplo de éxito cercano de las cebollas de Fuentes de Ebro o de los espárragos de Tudela, llevó a un grupo de hortelanos, liderados por el entonces portavoz del PAR y agricultor Javier Betorz y Esteban Andrés, a convencer a las instituciones, a la restauración y al tejido asociativo de la ciudad sobre las cualidades organolépticas y gastronómicas de este cultivo, cuya semilla se ha conservado generación tras generación durante siglos entre los hortelanos de Barbastro y su entorno.
El Gobierno de Aragón le otorgó el sello de producto agroalimentario de calidad C’ Alial y después el Ministerio de Industria registró en 2014 la marca nacional de calidad Tomate Rosa de Barbastro. Paralelamente a estas gestiones administrativas, los cultivos fueron creciendo pasando de ser explotaciones domésticas a proyectos empresariales. Así hace diez años la recolección fue de 50.000 kilos de tomate rosa.
No sólo crecían las zonas de cultivo si no también los mercados nacionales. El tomate rosa de Barbastro paso de ser un producto de proximidad, a conquistar el mercado zaragozano (el principal que absorbe un 40% de la producción) madrileño, catalán, vasco, navarro, gallego, …Incluso ha habido ofertas para internacionalizar el tomate de Barbastro y llevarlo a Inglaterra o EE.UU. Pero las propias condiciones de producto, muy perecedero, de momento impiden esos envíos al extranjero. El tomate se vende en grandes superficies, mercados, tiendas gourmet y también es un producto muy apreciado por la restauración. El precio para el consumidor puede oscilar de entre los 3,5 euros al kilo a los 9 euros que puede encontrarse en Madrid o Barcelona.
150 empleos
Hoy en día el tomate rosa de Barbastro se ha convertido en una realidad económica en la zona generando unos 150 puestos de trabajo directos en las labores de plantación, recolección y cuidado de campos. Asimismo ha sabido captar la inversión de importantes empresas como la oscense Grupo Correas que el año pasado abrió una finca en la carretera de Burceat con cinco hectáreas de invernadero que en este ejercicio ha ampliado a siete (estas últimas dos de cultivo al aire libre). En total se han plantado 100.000 plantas que esperan den una producción de 550.000 kilos de tomate rosa. Y las previsiones para próximos años son seguir plantando en más hectáreas.
La finca de Correas es la más importante de tomate rosa de Barbastro de la comarca. En ella trabajan 28 personas. Su responsable es José Antonio Armengol, también presidente de la Asociación de Hortelanos del Alto Aragón, quien destaca «la buena calidad del tomate. Al principio tuvimos problemas con el calor y un poco se quemo, pero a nivel de producción está saliendo muy bien en las tres semanas que llevamos recogiendo».
Según el censo de la Asociación de Hortelanos del Alto Aragón, además de la finca de Correas en la comarca hay ocho productores con unas dos hectáreas cada uno y que ya se dedican profesionalmente al cultivo del tomate rosa. Después hay un grupo de una treintena de hortelanos que cuentan con unas 5.000 plantas cada uno aproximadamente. Y a ellos se suma una gran cantidad de hortelanos que cultivan la planta para autoconsumo o venta al por menor.
Posibilidades de crecimiento
El cultivo todavía tiene margen de crecimiento económico, según cuenta Armengol: «No tenemos suficiente producción para atender toda la demanda. Para atender al mercado nacional deberíamos tener tres o cuatro veces la producción que tenemos ahora», explica. En ese recorrido económico será crucial la puesta en marcha de una conservera que permitirá transformar ese 15% del producto que no tiene buena presencia para venderlo en mercado en zumos, salsas, triturado, …
Además ya se está trabajando en el espárrago de Barbastro, un nuevo producto que ya cuenta con marca nacional registrada para el espárrago tradicional (de producción menor) y el grueso (similar al navarro y más comercial), y que se espera esté en el mercado en 2021. Este año ya se han sembrado cuatro hectáreas.
Para celebrar estos diez años de trayectoria, la asociación va a recuperar la Gala del Tomate rosa el fin de semana del 21 y 22 de septiembre. Será un acto de homenaje a todas las denominaciones de origen de Aragón, así como se desarrollarán jornadas técnicas y eventos sociales.
Trofeo Ferma
La Asociación de Hortelanos Tradicionales y Amigos de la Huerta del Alto Aragón y marca Tomate Rosa recibirá este año el Trofeo FERMA, que se entrega durante el acto de inauguración de la Feria el próximo 23 de agosto. Un colectivo que celebra este año su décimo aniversario y que ha sido seleccionada por su apuesta por el sector agroalimentario de Barbastro y el Somontano a través de la revalorización de los productos tradicionales de la huerta, la profesionalización del sector y la creación de marcas de calidad que han conseguido posicionarse como referentes a nivel nacional.
La Feria Regional de Barbastro premia en su 58 edición a una asociación que ha trabajado desde sus inicios en la promoción de la huerta de Barbastro y el Somontano, con el objetivo de buscar recursos económicos para el asentamiento de población y generar empleo en el territorio.