Un día de San Miguel (29 Sept.), radiante de sol pero un poco frío por la mañana, cubrimos la última etapa de ese camino maravilloso. Un itinerario, el de San Ramón, obispo de Roda-Barbastro, que durante ocho años ha unido a dos clubes hermanos, a dos clubes amigos como son CER de Graus y MAB de Barbastro.
Todo comenzó por iniciativa de Daniel Vallés, gran estudioso de San Ramón, planteando repetir aquel destierro forzado del obispo de Barbastro hacía su antigua Catedral de Roda de Isábena. San Ramón lo hizo en tres días con premura pues había que huir de las ambiciones de un colega suyo, Esteban, obispo de Huesca, quien ayudado por Alfonso I el Batallador expulsaron a San Ramón de su Cátedra.
Durante estos ocho años ha habido de todo, y mucho de bueno. Etapas larguísimas como la de Capella-Roda o la antepenúltima en 2022, cuando cruzamos las montañas por encima del túnel para llegar a Viella.
Hemos podido disfrutar de joyas como las Catedrales de Roda o Saint Bertrand además de lugares mágicos como el monasterio de Obarra. Muchas ermitas, como la de San Ramón en Capella en la que cantamos los gozos y sus vecinos invitaron a los peregrinos a chocolate con torta.
En cada etapa veíamos cómo los montañeros de Graus y Barbastro nos hacíamos más amigos acercando lo mejor de cada club al destino final de la convivencia en la montaña, sin duda algo consustancial en nuestro deporte.
En esta etapa final francesa desde Chaum hasta Saint Bertrand hemos adelantado lo que sería un recorrido emulador a nuestra futura Vía Verde De Barbastro Monzón. Sí, los mismos 18 Km por terreno muy favorable y compartido con multitud de ciclistas. La Trans-Garonne discurría muy cercana al río, a casas y pastos en donde pudimos acariciar a unos curiosos caballos que no dudaban en acercarse para darnos la bienvenida.
El verde era la tónica general tanto en prados como en campos de maíz que ni siquiera requieren aspersores para el riego. Además, en los momentos de más calor hubo muchos árboles, algún nogal tan enorme como generoso pues ofrecía sus frutos recién caídos además de su amplia sombra y casi sin darnos cuenta, porque no parábamos de conversar unos con otros, llegamos a divisar desde muy lejos la Catedral, a punto de despegar en vuelo celeste con sus alturas enormes de nave y arbotantes góticos con un pueblecito en torno a ella sobre un promontorio.
Un lugar muy antiguo, cuyos orígenes se remontan al emperador romano César Augusto y que vive su espiritualidad desde los orígenes del cristianismo.
Un paralelismo actual pero no menos singular entre Saint Bertrand de Comminges y Roda de Isábena es que los dos pueblecitos, además de poseer sus respectivas Catedrales antiquísimas, están incluidos en las listas de pueblos más bonitos de ambos países.
Hubo tiempo para descansar, hacer visita guiada al templo o tomar un café en terraza además de callejear entre casas muy antiguas, algunas del siglo XVI.
¡Ah..!, y no nos olvidemos de la grata compañía de dos compañeros franceses de Tarbes, Christian y Charles. Dos amigos que no quisieron perder la ocasión de compartir tan buenos momentos. Tampoco olvidaré a Navidad Peguera, un amigo del pueblecito francés de Bertren y originario del pueblo ribagorzano de Aneto, quien nos acompañó en parte del trayecto ofreciendo su saber en forma de explicaciones históricas y del patrimonio que observábamos.
Buenos momentos que se repitieron de nuevo en el viaje de retorno pues el buen humor y la alegría hicieron reír a medio autobús con bromas y chistes del mejor de los guías, de nuestro querido Daniel Vallés.
2 comentarios
Con estos mensajes de apoyo, ¡imposible desistir de contar aventuras montañeras!!!
Una vez más, nos ha gustado mucho tu crónica, fiel reflejo de lo que hemos vivido y disfrutado haciendo el camino.
Y al final una grata sorpresa visitando la catedral.
Enhorabuena Pedro, sigue así.