Utilizo esta frase del castellano antiguo para referirme a una aspiración: la defensa de Canal Roya ante la amenaza de su destrucción que viene de lejos y que ahora vuelve con tozudez, a pesar de ser un anacronismo y de que los tiempos no nos llevan por ese camino.
Estos días las redes sociales arden con la polémica unión de Formigal y Astún por un telecabina a través de la Canal Roya mientras que la prensa regional o provincial “de toda la vida” oculta las protestas y comparte en sus páginas publi-reportajes a favor del desaguisado.
Cronología ‘del problema’
Lo que voy ahora a escribir surgió tras leer un artículo de mi buen amigo Gonzalo Albasini (Diario de Huesca, 14-2 2023) vice-presidente de la Federación Aragonesa de Montañismo cuando lo conocí a principios de los años dos mil. Gonzalo explica con detalle la cronología de este problema y se remonta al año 1975 cuando surgió la idea de urbanizar y construir una estación de esquí en el fondo de la Canal Roya. Hubo movilización en forma de artículos de prensa, cartas y movimientos en despachos por parte de afines a clubs históricos como Montañeros de Aragón de Zaragoza y Peña Guara de Huesca. Se pudo echar atrás el primer intento de hincarle el diente al paraje único de Canal Roya y también se echó atrás el monstruoso proyecto de presa que pretendía inundar el Valle de Añisclo.
Como reacción se propuso la declaración de Canal Roya como Parque Nacional
Como comprenderán ustedes no se puede pedir la máxima protección a cualquier sitio, hace falta que se trate de un modélico valle glaciar en U con su circo coronado ni más ni menos que por un pico, el Anayet, un antiguo volcán que enriquece sobremanera sus valores geológicos, riqueza paisajística a base de lagos, turberas, arcillas rojas, su fauna y su flora.
Años más tarde volvieron a aparecer nuevos proyectos y a fines de los años noventa cuando ya se habían declarado Parques Naturales como el de Guara, Los Valles Occidentales o Posets- Maladeta se redactaron manifiestos en defensa de Canal Roya proponiéndose a comienzos del siglo XXI por parte de la Federación Aragonesa de Montañismo su declaración como Parque Natural “ Anayet-Partacua”. Se inició la redacción del PORN que inexplicablemente acabó parada y olvidada en el fondo de algún cajón.
Como decía en el título, se repite la dinámica del “sostenella e no enmendalla”, porque los poderes fácticos vuelven con mucha fuerza con el proyecto megalómano de unir las estaciones de Astún y Formigal por medio de un telecabina por Canal Roya y crear, con la unión de Candanchú, un espacio de trescientos kilómetros de pistas de esquí aspirando a crear el undécimo espacio “mundial” de nieve. Y encima tienen el atrevimiento de tildarlo de “sostenible” porque se ahorra en emisiones de vehículos al pretender ir de una estación a otra.
Formigal tiene cien kilómetros de pistas, ¿no son suficientes para un día de esquí?¿Tienen que ir también a Astún?
Entre otros fines, defienden su lucha contra la despoblación en los valles pirenaicos. Sinceramente, creo que para asentar población, y lo saben bien los políticos, se deberían fomentar los transportes públicos, los centros de Salud con un transporte sanitario urgente de calidad, escuelas, guarderías y vivienda de alquiler social para que los trabajadores de hoteles y estaciones de esquí no se dejen el salario en alquileres de apartamentos a precio de turista.
Me resulta sorprendente ver al presidente de la DPH, Miguel Gracia, defendiendo a capa y espada este desatino cuando en 2015, en la inauguración del refugio de Llauset le escuché un encendido alegato por el pastoralismo y la ganadería extensiva. Siempre le agradeceré el apoyo de su Diputación Provincial en 2021 a la redacción del proyecto de Vía Verde Monzón -Castejón del Puente- Barbastro. Él sabe mejor que nadie que los usos tradicionales de la montaña, el turismo rural y la recuperación de antiguos caminos para actividades deportivas (Zona Zero) han dinamizado un valle como el del río Cinca desde Aínsa hasta Bielsa y Gistaín. Un valle que no pone todos los huevos “de oro” en la cesta de la nieve porque no salieron adelante proyectos de estaciones de esquí como Punta Suelza o Ruego. Sobrarbe hoy en día es un territorio rico gracias a espacios como el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, la joya del turismo pirenaico.
Y pensando un poco …¿Qué hubiera sido del Valle de Benasque si se hubiera hecho el túnel hasta Francia y se hubiera declarado su cabecera como Parque Nacional? Posiblemente nos hubiéramos acercado a algo parecido al Parque Nacional de los Pirineos franceses. Incluso hubiéramos podido unir todos esos Parques eliminando fronteras.
Un pionero francés, Lucien Briet, impulsó la declaración de Ordesa como Parque Nacional y cien años después lo vemos como ejemplo de desarrollo económico basado en la protección de la naturaleza. Aunque el presidente Lambán insista en que el destrozo del telecabina es “reversible”. Puestos a actuar… ¿No sería mejor declararlo Parque Natural y jamás habrá que verlo caducar ni hacer “reversible”? Cien años después de crear el espacio protegido de Canal Roya…¿No veríamos en él un éxito igual que vemos en Ordesa?
El “sostenella e no enmendalla” se solía resolver en duelos a espada o mediante inteligentes retractos. Señores políticos, por favor, recapaciten…
RECOGIDA DE FIRMAS EN CHANGE.ORG
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