Castejón del Puente sigue explotando con rentabilidad demográfica su estratégica ubicación equidistante a Barbastro y Monzón. Esta posición, unida a los servicios que ofrece la localidad, entre ellos un colegio al que acuden incluso alumnos de Barbastro, han sido claves para que sea el municipio que más ha crecido según las cifras del censo del INE de 2021. Un total de 33 nuevos vecinos han elegido Castejón del Puente en el último año para vivir, lo que supone un aumento del 10,6% de su censo con respecto a 2020.
En la actualidad habitan en Castejón 345 vecinos, recuperando las cifras de principio de siglo (en 2004 tuvo 349 habitantes) y el número podría ser superior si hubiera más vivienda en alquiler o a la venta. El Ayuntamiento dispone de una bolsa de viviendas y se va contactando con los propietarios de casas vacías para atender “la mucha demanda que tenemos y que no podemos cubrir”, explica el alcalde popular Antonio Compos.
Es por ese motivo que el Ayuntamiento solicitó en su día una promoción de vivienda pública a Suelo y Vivienda de Aragón, propuesta que no salió adelante. Tampoco vieron puerto las conversaciones con un importante promotor privado para edificar viviendas y una residencia en un terreno de 40.000 m2. Sin embargo, el Consistorio sigue explorando las vías de promoción privada y ya se ha puesto en contacto con constructores para levantar viviendas en unos terrenos de más de 1.000 m2 junto a la N – 240, revertidos al municipio por el Ministerio de Fomento. “Vamos a poner condiciones muy favorables para que se pueda desarrollar vivienda porque hay mucha demanda y es una pena que la gente que quiere vivir aquí no pueda por falta de viviendas. Estamos muy bien equipados con servicios, muy cerca de Barbastro y Monzón y últimamente la pandemia ha motivado que la gente quiera vivir en una casa en lugar de un piso. Es una pena que en estos tiempos que se habla de despoblación, aquí tengamos demanda y no podamos atenderla”, explica el alcalde.
El trabajo, el otro condicionante cuando se opta por ir a vivir a un pueblo desde un ambiente urbano, no supone un problema en Castejón del Puente como apunta su alcalde: “Aquí hay más gente trabajando que viviendo. El hecho diferencial de Castejón es que somos un pueblo industrial a diferencia del resto de municipios. Hay mucha gente aquí trabajando que podría vivir en Castejón. Tenemos importantes industrias como Serrat, Prefabricados Agustín, Horpisa, Sales Monzón, Hierros Tremosa, Pinacho que hace tornos … y que dan trabajo a vecinos de Monzón y Barbastro”. Y las perspectivas son halagüeñas ya que el polígono de La Armentera, que desarrolla el Ayuntamiento de Monzón y que sigue captando empresas, linda con la propia zona industrial de Castejón.
“SON FAMILIAS MUY INTEGRADAS”
Del extranjero y de otras comunidades de España. Así son los nuevos 33 vecinos de Castejón del Puente. De entre ellos destaca una familia peruana con 9 miembros procedente de Galicia. “Allá el trabajo está bastante fastidiado y miramos por Internet y encontramos este pueblo. Es muy tranquilo, los niños pueden jugar con más libertad y con los vecinos estamos muy bien”, explica Grecia Huertas, que trabaja en un domicilio de Castejón a la vez que se encarga de los cuatro hijos, mientras que su marido lo hace en Tatoma en Monzón. Previamente acudieron sus padres, que se desplazaron desde Sariñena junto con otra hija.
De Tremp, Lérida, vino Esther Fonts con su marido y sus tres hijos, en su caso por el clima independentista que está viviendo Cataluña. “Habíamos vivido hace tiempo en Castejón y nos gustaba la calidad de vida de aquí. Cuando vino lo de la Independencia llegaron muchas normas y tonterías y nos planteamos venir. La calidad humana que hemos encontrado es espectacular tanto por los vecinos como por el alcalde”, explica.
De Cataluña tmbién vino Rosario García, una ribagorzana de Sopeira, criada en Monzón, pero que ha vivido 50 años en la comunidad vecina donde se casó y nacieron sus hijos. “A mí siempre me ha tirado venir a Aragón. Mi hijo mayor vino a Salas Bajas y me recomendó que yo viniera a Castejón porque está muy bien comunicado. Encontramos una casa y estamos encantados. Nos sentimos muy bien acogidos. Cerdanyola del Vallés donde vivíamos es una locura comparada con Castejón. Me ha bajado hasta la tensión y aquí puedo cuidar a mis nietos que viven en Salas Bajas”, explica.
El alcalde Antonio Comps destaca la buena adaptación que de los nuevos vecinos. “Son familias muy integradas con la vida asociativa del municipio, las que tienen hijos en el colegio forman parte del AMYPA y en el caso de Rosario es la tesorera de la asociación de mujeres”.
100.000 EUROS PARA EL PARQUE DE BOMBEROS
La DPH ha consignado 100.000 euros para la redacción del proyecto de construcción en Castejón del Puente del parque principal del Servicio de Provincial de Emergencias, Incendios y Salvamento para que el Ayuntamiento ya ha puesto a disposición unos terrenos municipales a pie de la N-240. En este parque está previsto que operen cerca de 40 bomberos y desde Castejón se coordinarán el resto de parques de toda la provincia. Su ubicación es estratégica al estar a pie de carretera y además porque dará servicio al extinto parque del Cinca Medio y podrá atender las emergencias surgidas en las industrias químicas de Monzón, así como a las emergencias del Somontano, de La Litera y de parte del Bajo Cinca, la zona más poblada de Huesca. El Ayuntamiento ya ha habilitado una calle donde está previsto construir el parque y se han colocado colectores y abastecimientos de agua, siguiendo las instrucciones de los técnicos de la DPH. Y ha puesto a disposición del futuro parque las dependencias municipales con fibra óptica o el parque multiservicios Palomares donde los bomberos ya han hecho prácticas.
En el aire queda responder a la pregunta de qué pasará con el parque del Somontano, el actual centro de coordinación. El alcalde de Castejón del Puente considera que ambos parques podrían tener continuidad.
La presencia de un cuerpo de bomberos sería otra oportunidad demográfica para Castejón, cuyo alcalde confía en que algunos de estos profesionales opten por vivir en el pueblo y “al ser gente joven puedan contribuir a que haya más niños, que nos hacen falta”.