Colungo acogía este domingo 31 de julio la V edición de la Fiesta de la Trilla un evento organizado por la asociación cultural O Portal d’a Cunarda y que atrajo a numerosas personas para conocer cómo se llevaba a cabo antaño esta labor agrícola.
La actividad comenzó a las 10 de la mañana con la llegada de las mulas, a las cuales les pusieron todos los aperos y comenzaron a trillar sobre la pallada. Después se paso con el trillo de cilindros en el cual se podían montar todo el que lo deseara y así dar unas vueltas por la era. Seguidamente se paso el tradicional trillo de pedreñas.
A media mañana, se hizo un descanso para reponer fuerzas con un almuerzo preparado por las mujeres de la localidad, y que consistía en: sopas de pan y farinetas, este delicioso almuerzo como el que se degustaba en el pasado fue del agrado de los trilladores, así como de todos los que hasta la era se desplazaron.
Más tarde se sirvió pan con vino y azúcar, pan con aceite y pan con miel, también elaborado por las mujeres de Colungo.
Tras reponer fuerzas, se volvió al trabajo y se realizó la recta final del proceso de la trilla, aventando al aire con las orcas, escobando todo con las escobas de escobizos para amontonarlo y por último con la aventadora se depositó el grano en los sacos.
A la fiesta también se sumo el grupo de hípica «el ventorrillo» de Barbastro que con cinco preciosos caballos hicieron las delicias de niños y mayores al poder montar y cabalgar por un recorrido en el pueblo.
Como no podía ser de otra manera, mientras se iba trillando, no faltaron unas buenas jotas, algunas relacionadas con la siega, y que a más de uno hicieron brillas los ojos.
Tanto los hombres como las mujeres iban ataviados con las vestimentas tradicionales de la trilla, en los hombres pantalón, faja, camisa blanca y sombrero y las mujeres faldas, camisa y un buen sombrero, además todos portaban unas pañoletas hechas por la asociación para este evento.
Como colofón y una vez terminada la trilla y dejar el grano a buen recaudo tuvo lugar una comida en el salón municipal.
El fin de esta actividad es, que esta tarea de la trilla, no caiga en el olvido. Si bien hoy se hace de forma lúdica, en su día era el único método que tenían para recoger el grano que se había sembrado, y así se puede mostrar lo duro que suponía realizar esta actividad y poder valorar como con el paso del tiempo se ha mejorado en este sentido.