Conchy Cosculluela se basa en los conocimientos de Santa Hildegarda de Bingen.
Hildegarda de Bingen nació en 1098 en Bermersheim, Renania-Palatinado, Alemania y falleció en 1179, en el monasterio de Rupertsberg, Alemania. Es una de las figuras más influyentes y polifacéticas de la Baja Edad Media. Fue una visionaria que supo conjugar fe, conocimiento y creatividad en una época marcada por las limitaciones impuestas a las mujeres. Considerada un ícono del monacato femenino, su legado abarca teología, medicina, música, literatura y ciencia, convirtiéndola en una de las mayores intelectuales de su tiempo.
Desde su consagración a la vida religiosa en su infancia, Hildegarda destacó por su aguda inteligencia y su profunda espiritualidad. Fue educada en el monasterio de Disibodenberg bajo la guía de Jutta de Spanheim y, con tan solo 14 años, hizo su profesión religiosa siguiendo la regla benedictina. A lo largo de su vida, fue elegida abadesa, fundó dos monasterios, escribió tratados visionarios y científicos, compuso música y hasta creó una lengua artificial conocida como Lingua Ignota.
En reconocimiento a la originalidad y profundidad de sus enseñanzas, el papa Benedicto XVI la proclamó Doctora de la Iglesia en 2012, destacándola como una de las figuras más importantes de la cristiandad medieval.
El Cristal de Roca según Santa Hildegarda de Bingen
Santa Hildegarda de Bingen describió el cristal de roca como un mineral con propiedades curativas y espirituales en su obra Physica. Según sus enseñanzas, este mineral podía ser utilizado para aliviar diversas dolencias gracias a su conexión con la naturaleza y su simbolismo con la pureza divina.
Propiedades curativas descritas por Santa Hildegarda:
- Vista y ojos: Recomendaba utilizar el cristal de roca para tratar cataratas y vista cansada.
- Dolencias en el cuello y garganta: Sugería colocarlo cerca del cuello para aliviar irritaciones y prevenir catarros.
- Corazón y estómago: Asociaba el cristal de roca con la mejora de la salud en estas áreas.
- Eczemas y granos: Indicaba su uso para tratar problemas cutáneos.
- Fortalecimiento general: En casos de debilidad física, lo proponía como un recurso revitalizante.
Método de uso:
Santa Hildegarda sugería calentar el cristal de roca al sol y aplicarlo directamente sobre las áreas afectadas, como ojos, cuello, bultos, ganglios y granos, repitiendo el proceso con frecuencia para obtener resultados óptimos.
Aplicaciones modernas basadas en su legado:
En un enfoque inspirado por las prácticas de Hildegarda, Conchy Cosculluela comparte en sus vídeos cómo aplicar el cristal de roca para el bienestar. En sus palabras:
“El cristal de roca sirve para las dolencias del ojo, la vista, el cuello, garganta, corazón, estómago, vientre, cataratas y vista cansada. Calentar al sol el cristal de roca, colocarlo caliente en las zonas afectadas como ojos, cuellos, bultos o granos, y hacerlo con frecuencia. Esto realmente funciona y se basa en las enseñanzas de Santa Hildegarda.”
Conchy Cosculluela también destaca la importancia de utilizar minerales de manera consciente, conociendo sus propiedades y formas de aplicación.
Nota: Aunque estas indicaciones están basadas en los escritos y la tradición hildegardiana, su eficacia no está científicamente comprobada. Se recomienda consultar con un especialista antes de implementar estos métodos como tratamientos de salud.