El aparatoso y peligroso incendio ocurrido en el barranco de La Mina, en la entrada de Barbastro, ha quedado extinguido esta madrugada. Además, sobre las 2.30 se abría al tráfico la circulación en la N – 240 y el acceso a la ciudad desde la autovía A 22 por el acceso de El Pueyo. Las densas cortinas de humo obligaron a cortar la carretera en el punto kilométrico 161.
El incendio cercano al casco urbano de Barbastro ha contado con la intervención de tres cuadrillas y dos autobombas del GA de Monzón, Adahuesca y Bailo, además de otros medios como los bomberos del parque Somontano y Cinca Medio, Protección Civil, Policía Local, Guardia Civil, y la colaboración de muchos vecinos que se acercaron al camino de El Pueyo a ayudar. Precisamente por su proximidad al centro, se ha activado el Nivel 1 del Plan Especial de Protección Civil de Emergencias por incendios forestales.
Además se alertó al Hospital de Barbastro dada la cercanía con el centro sanitario, y hasta donde llegaron las densas cortinas de humo.
Y es que el humo cubrió el cielo de Barbastro ayer tarde sobre las 19.00 como consecuencia de un aparatoso incendio en el barranco de La Mina y que asoló algo más de una decena de hectáreas de cañas, encinas, neumáticos, matojos y monte bajo. Afortunadamente no hubo daños personales, pero sí algunos materiales. Sobre todo en el almacén de una empresa de construcción que vió calcinado parte de su material.
El incendio pudo ser de mayores consecuencias ya que varios focos de fuego estuvieron cerca de la estación de servicio, concesionario y taller mecánico Huguet Hermanos, pero las llamas no lograron saltar la N -240 donde se encuentran los depósitos de combustible.
Momentos de tensión se vivieron en las finchas del camino viejo del Pueyo acorraladas por el fuego. En una de ellas se tuvo que rescatar a un caballo.
Se desconoce las causas de este incendio, uno de los más llamativos que han afectado a Barbastro en los últimos años. El fuego se declaró en la parte alta del barranco de La Mina, en las afueras de la ciudad, sobre las 18.30, y las fuertes rachas de aire fueron empujando el fuego hasta unos pocos kilómetros de la ciudad donde se encuentra el concesionario a un lado y fincas y naves al otro.
Al caer la noche, el fuego se daba por «delimitado y en observación». Dos unidades de retenes se quedaron para apagar los últimos focos y evitar rebrotes.