Ficha técnica
Dirección: Alex Proyas.
País: USA.
Año: 2009.
Duración: 121 min.
Género: Thriller, ciencia-ficción.
Interpretación: Nicolas Cage (John Koestler), Rose Byrne (Diana Wayland), Chandler Canterbury (Caleb Koestler), Lara Robinson (Lucinda Embry/Abby Wayland), Ben Mendelsohn (Phil Beckman), D.G Maloney, Nadia Townsend (Grace Koestler), Adrienne Pickering (Allison), Danielle Carter (Miss Taylor 1959).
Guión: Ryne Pearson, Richard Kelly, Juliet Snowden, Stiles White, Stuart Hazeldine y Alex Proyas.
Producción: Alex Proyas, Todd Black, Jason Blumenthal y Steve Tisch.
Música: Marco Beltrami.
Fotografía: Simon Duggan.
Montaje: Richard Learoyd.
Diseño de producción: Steven Jones-Evans.
Vestuario: Terry Ryan.
Estreno en USA: 20 Marzo 2009.
Estreno en España: 8 Abril 2009.
Sinopsis
Año 1958, unos niños guardan en una cápsula del tiempo varios documentos. Uno de ellos contiene extraños números. En el presente, John (Nicolas Cage), un profesor de astronomía, encuentra el documento sin entender su significado. Descubrirá que son fechas en las que han ocurrido cosas terribles e intentará evitar que se cumplan las predicciones futuras.
Crítica por Fer Broto
La cartelera del cine Cortés, nos ofrece Señales Del Futuro, dirigida por Alex Proyas realizador nacido en Egipto pero al que podemos considerar australiano ya que se traslado al continente austral a la edad de 3 años y allí comenzó su carrera con tan solo 17 años.
La verdad es que la filmografía de Proyas es desigual empieza con su mayor éxito El cuervo, una película que, para mí, su mayor atractivo residía en el hecho de que Brando Lee emulara a su padre con una muerte misteriosa. Del resto de su filmografía la única que merece ser vista es la interesante Dark City, aunque confieso que no he visto Días de garaje -su tercer trabajo de un total de cinco.
Señales del futuro comienza con una escena en los años cincuenta en la que nos muestra a una niña que parece estar poseída. Tras este arranque que podemos calificar de prólogo, llega la puesta en escena propiamente dicha ya en el presente, y en la que se nos muestra la familia formada por padre -Nicolas Cage- e hijo de unos 12 años, del que presuponemos tiene algún tipo de conexión con la niña del pasado. Hasta ahí todavía pensaba que la película podía salvarse. Pero entre un director que no consigue darle el tono de misterio que debería tener este proyecto, y un guión imposible que sólo puede atraer a un publico poco dotado y dispuesto a tragarse lo que sea, todos estos ingredientes mal cocinados dan un plato intragable, soso, y encima tiene la tara añadida de su largo metraje, por otra parte, innecesario.
Ya me quejé la semana pasada de esta moda de metrajes de más de dos horas, así que ya no diré nada más sobre esto. Es difícil decir lo que es peor de este disparate, pero desde luego el guión es uno de mis favoritos para tal consideración. Resulta intragable, pretenden que se nos puede hacer creer que el protagonista puede separar los grupos de números para descubrir una fecha y el número de muertos de un desastre, en una pagina llena de números que no sigue ningún patrón, y encima hay separaciones entre la fechas que luego descubrimos que son las coordenadas. Pero el desatino no acaba ahí, luego estas señales son un aviso para anunciar el fin del mundo y para salvarlo de una mortal radiación que destruirá el planeta… Un momento, un momento, ¿qué tiene que ver el atentado contra las torres gemelas o un accidente aéreo con una radiación solar mortal?
Pero si esto no les parece suficiente aún hay más. La película culmina con unos extraterrestres que se comunican por telepatía y que ejercen de salvadores de la raza humana, que como en un arca de Noé salva a parejas de niños para que sobreviva nuestra especie, y como colofón final, los dos niños corren por un campo de trigo -¿no sé en que planeta?
Y no se explica cómo van a sobrevivir dos niños de doce años. Será cosechando el trigo, construyendo un horno, cortando la leña y haciendo pan sin harina ni nada…
Todavía se atreven a enseñarnos la destrucción del mundo con unos efectos digitales propios de un telefilm de Antena 3 del domingo por la tarde.
¿Los actores? , bueno el único personaje con peso, Nicolas Cage confirma con este trabajo la tendencia que ya hace tiempo muestra una acusada línea descendente. Se refugia en sus tics para tratar de de trasmitir la sensiblería -otra vez como en antena 3- que le pide el director. Como curiosidad podemos admirar los implantes de pelo, que como decía un amigo mío, han tomado como modelo el pelo de las muñecas de famosa.
No queda demasiado que comentar. La música sólo muestra las carencias del film, tratando ella sola conseguir una atmósfera de misterio e intriga que sin ningún otro apoyo pues no consigue su objetivo, y del resto de apartados técnicos solo podemos , como ya hemos comentado, resaltar la pobreza de los efectos especiales, que parece mentira para un proyecto con este presupuesto.
Mi deber es fomentar que la gente vaya al cine, pero esta semana me resulta difícil. Lo único que se me ocurre es que vayan a verla acompañados de la persona amada y ocupen una de esas localidades dobles (otro maravilloso servicio de nuestro cine) y tal vez así puedan aprovechar la sesión, desde luego seguro que más de lo que yo lo hice