Ya llevamos dos días en los que salen noticias del litigio sobre la devolución de los bienes del Monasterio de Sijena en informativos a nivel nacional. Hoy en Telecinco han anunciado a las tres de la tarde que las poco más de cincuenta obras almacenadas en el MNAC de Barcelona salían en un vehículo en dirección a Aragón. No son las noventa y siete que dicta la sentencia emitida por la jueza Carmen Aznar en el juzgado de Huesca. Este es un pulso que mantienen los políticos catalanes con el Estado de Derecho y su estrategia está perfectamente definida y calculada como también lo estuvieron en las negociaciones a nivel nacional para elegir esta semana pasada la Presidenta del Congreso de los Diputados.
Cataluña está abducida por una locura colectiva llamada “independencia para la nación catalana”. Los líderes se declaran muy dispuestos a llevar su “procès” de desconexión o, diciéndolo un poco más claro, su proceso de separación de España. Hoy mismo en un programa matinal de la cadena SER una representante independentista de la antigua Convergencia Democrática de Cataluña era entrevistada y presumía de que eran mayoría quienes apoyaban la independencia y ante el argumento opuesto del periodista de que en las pasadas elecciones autonómicas había sido mayor el número de votos contra la independencia, ella, muy bien aleccionada, respondía que tenían más escaños. Y ante la supuesta autoridad suprema del Tribunal Constitucional ella decía que este tribunal no les merecía ningún respeto por estar politizado.
Recientemente también atribuían afinidad política con la derecha a la jueza aragonesa que fallaba contra sus intereses en el litigio de los bienes. Cualquier cosa que contraríe los intereses de estos líderes independentistas es asumido por el resto de la ruidosa manada de enfurecidos políticos como un atentado a Cataluña. Creo que será difícil ver la salida a este túnel de oscuridad y miopía que aísla cualquier atisbo de inteligencia frente a “su idea “.Que no es otra que la idea totalitaria de una nación que, en sus sueños, muy temprano nacerá y será grande y, en un aterrador paralelismo con otras locuras del siglo XX, reclamará un “espacio vital” en el que crecer y crecer… y… en fin , más vale despierten pronto de sus sueños y que los demás no adelantemos acontecimientos .
La devolución de los bienes que se reclaman, para estos líderes catalanistas, sentarían un peligroso precedente o revés. Por eso dirigen todos sus esfuerzos para hacer, por ejemplo, a representantes políticos del Gobierno en funciones , apoyar un desacato en una votación del Patronato del Museo Nacional de Cataluña y pocos días después se puede añadir el mismo desacato en otra votación en el mismísimo Parlamento catalán y por las que se niegan a cumplir una sentencia firme del Poder Judicial con la consiguiente obligación de devolver todas las obras y frescos que un día se llevaron de un Monumento Nacional declarado en 1930 como patrimonio indivisible del Estado .
El otro día negociaron su apoyo al Partido Popular en la votación del Congreso de los Diputados a cambio de un respiro para unas cuentas que reflejan la quiebra económica de la Comunidad Autónoma Catalana. Y, si hiciera falta, no me cabe duda de que incluirían en futuras negociaciones políticas de ámbito nacional las exigencias o chantajes que les plazcan y entre ellas, las de no devolver estas obras sobre las que la Justicia dicta que no son suyas. El otro día me decía un buen amigo: “Estamos en guerra con Cataluña “. La verdad, con cada capítulo que se suma a esta DISPARATADA DERIVA, sospecho que habrá más gente pensando lo mismo sobre la vecina Cataluña.