Con un banquete similar a una boda para familiares, vecinos y autoridades. Así recibieron ayer en Casa Boira y el Mesón de Hoz, dos viviendas aisladas del núcleo urbano de Hoz de Barbastro, la llegada por primera vez de la línea de corriente eléctrica de 220 voltios.
La historia parece impropia del siglo XXI. Las dos viviendas datan del siglo XIX y parece que han estado viviendo prácticamente en esa centuria hasta hace unos años. Las familias y el Ayuntamiento de Hoz – Costean trazaron una línea de corriente de 125 voltios, hace unos cincuenta años, como explicaba el alcalde Juan José Millaruelo. Pero la corriente que llegaba a los dos domicilios era muy débil y sólo alcanzaba los 80 voltios y esa potencia impedía la utilización de varios electrodomésticos a la vez. Así hasta que hace unos años adquirieron grupos electrógenos para tener suministro eléctrico en condiciones, hasta que llegaran las prometida red eléctrica. «A ratos vivíamos con el grupo electrógeno y otros con una línea precaria que sólo permitía encender una bombilla. La vida la hacíamos más por el día. Cuando éramos pequeños veíamos el 1, 2, 3 y cuando en Casa Boira encendían la tele a nosotros se nos apagaba», señaló ayer Jesús Arasanz, que visiblemente emocionado, al igual que su vecina María José, quisieron dar las gracias a todos los vecinos que han cedido sus campos para que por ahí pasara la corriente eléctrica. Asimismo también agradecía al Ayuntamiento y a la DPH la aportación de fondos para «tener algo que todos ya tenéis y quizás por eso no sois conscientes de lo que supone».
De hecho, ayer el presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Antonio Cosculluela, -entidad que ha sufragado buena parte de las obras- fue tajante: «Es una vergüenza tener que festejar que haya llegado la luz a dos casas en este siglo. Las administraciones sólo cumplimos con nuestro trabajo de acercar los servicios al ciudadano. La luz tendría que haber llegado antes pero ha habido muchos inconvenientes de varias instituciones, entre ellas el Gobierno de Aragón que no ha puesto ni un euro, sólo muchos problemas».
Y es que la historia de estas dos viviendas, habitadas por personas mayores y que aglutinan a diez personas entre ambas ha sido una vieja reivindicación del Ayuntamiento de Hoz que reiteradamente se ha topado con la burocracia administrativa y con la compañía eléctrica que no veía rentable acometer tanta inversión para abastecer de suministro a dos viviendas.
La corriente eléctrica de 220 voltios les llegó el día de Nochebuena como un regalo de Navidad. «Fue como si nos hubiera tocado la lotería», sentenció Jesús.
La obra ha tenido un coste de 240.000 euros por la Diputación Provincial de Huesca y las familias beneficiadas, que ayer brindaron con vecinos y autoridades bajo una bombilla a 220 v.