La construcción durante decenios en zonas de inundación del río Sosa en el tramo urbano de Monzón trae de la mano este proyecto de encauzamiento en el que se pretende desembolsar más de 11,5 millones de euros de fondos públicos. Los ciudadanos cuyas viviendas pueden verse afectadas por las avenidas del Sosa no tienen responsabilidad sobre un hecho, del que no tenían por qué tener conocimiento, a diferencia de las administraciones cuyo deber era no permitir la edificación en estas zonas.
Ecologistas en Acción critica que el presupuesto de esta obra se dispare en comparación con las obras de la primera fase finalizadas en 2006 y denuncia las afecciones ambientales y sociales de un proyecto duro y con actuaciones innecesarias, que supone una barrera infranqueable para personas y especies naturales a la vez que recuerda que la dejación de funciones de las distintas administraciones cuesta dinero público.
La primera fase se finalizó en 2006 con un presupuesto de 2.542.609,40 euros y entre otras obras, se construyeron muros de hormigón entre los puentes de Juan de Lanuza y el de Cortes de Aragón y un tramo frente al pasaje Loarre. El proyecto actual, aunque propone muros de hormigón de mayor longitud sorprende, en comparación con el de 2006, con un presupuesto de 11.573.000 euros, 4,5 veces superior al anterior, con lo que daría a una media de 680 euros por habitante de Monzón.
Llama la atención los tres edificios de la c/ Padre Manuel Serrano, edificados en zona inundable en connivencia con las distintas administraciones que debieron evitarlo y para cuya protección se ve necesaria la construcción de un muro de hormigón que costará unos 400.000 euros.
El encauzamiento con muros de hormigón propuesto para el tramo 1(puente ferrocarril a puente antigua carretera) es una solución muy dura (y cara), que supondrá la desaparición de la vegetación existente y una barrera difícilmente franqueable para la fauna terrestre. Dado que existe espacio suficiente sin urbanizar se podría buscar otras soluciones que permitieran conservar la vegetación natural existente y realizar taludes con pendientes que permitan la permeabilidad, tanto de fauna como de la población.
Ecologistas en Acción considera que la construcción del cauce de aguas bajas es innecesaria, pues supondrá la desaparición de toda la vegetación natural y el encorsetamiento del río, que no podrá fluir libremente en ese tramo, dificultando las funciones propias de un río como son la regeneración de las aguas y minimizando la capacidad para albergar biodiversidad. La realización de esta obra supone una inversión de 250.000 euros que se puede ahorrar.
Los distintos cálculos presentados en el proyecto sobre periodos de retorno son muy dispares y así, por ejemplo para el periodo de retorno de 50 años, dan cálculos entre los 356m3/s y los 588 m3/s, lo que da una idea de la dificultad de precisar los periodos de retornos de avenidas y debe servir para dejar suficiente margen de seguridad en los mismos.
Dadas las edificaciones existentes, algunas no autorizadas (pero consentidas) por la Confederación Hidrográfica del Ebro, el encauzamiento que se pretende realizar, con los cálculos de 356m3/s de periodo de retorno de 50 años (los menos exigentes), permitiría supuestamente, salvaguardar la zona construida de las avenidas de menos de 485 m3/s,
ósea, las de un periodo de retorno de entre 50 y 100 años. Dado que la legislación de Aguas considera inundables las zonas que se pueden cubrir de aguas por las avenidas de retorno de hasta 500 años Ecologistas en Acción incide en que la canalización de nuevas zonas en el tramo de Monzón no debe servir para cambiar la calificación a suelo urbano de terrenos afectados por estas avenidas y que se debe mantener informada a la población sobre el riesgo de inundación que existe, aun con la construcción de la nueva canalización.
De igual forma Ecologistas en Acción pide la remodelación de los accesos propuestos pues no se ha tenido en cuenta el acceso de personas con movilidad reducida ni de bicicletas o carros con niños en todo el tramo urbano, ya que todos los accesos que se presentan son escaleras. Sería necesario estudiar la posibilidad de hacer una rampa de acceso en el tramo de aguas arriba y de igual forma en el parque, frente al Pasaje Loarre.