El artista barbastrense José Noguero expone por primera vez con una exposición individual en la Galería Greusslich Contemporary.
La obra de este artista de origen nacido en 1969 incluye medios tan diversos como la escultura figurativa, la instalación, el video, la fotografía y la pintura, así como el dibujo como base común de todos esos géneros. Noguero también domina una amplia gama de posibilidades estilísticas, que van desde la rigurosa reducción formal de sus vitrinas-escenario, a las opulentamente orquestadas y desbordadas nuevas pinturas.
La exposición se centra en el tema de la pintura, que en los últimos dos años ha estado en primer plano de la actividad artística de Noguero. El origen de la mayoría de los óleos recientes es un paisaje de carácter clásico compuesto por pocos elementos: un árbol en primer plano, un amplio y bajo horizonte, un extenso cielo. Pero este modelo de aspecto tradicional es sólo el punto de partida para el desarrollo de una pintura vehemente y compleja que se libera de todas las limitaciones de lo figurativo.
Las imágenes se construyen en un largo proceso de trabajo, cuyos numerosos pasos son reiteradamente controlados, articulados e impulsados por medio de los dibujos. Estructuración formal por un lado, y por otro la fragmentación de toda estructura son los dos movimientos en conflicto que impulsan la pintura de Noquero. En sus lienzos más recientes, el artista logra imágenes de una opulencia casi barroca: sobre el paisaje se forman espesas nubes de color, cuyos relámpagos llenan un cielo huracanado que se descarga en una tormenta de pintura. Es en estas imágenes en las que mejor se aprecia la familiaridad del artista con la tradición, sobre todo con el arte italiano. Se trata de una pintura arraigada en la historia del arte y sin embargo absolutamente contemporánea en su manera de sobrepasar las fronteras entre abstracción y figuración, promoviendo con confianza el proceso pictórico como una producción de imágenes autónoma y autorregulada.