Los fieles que acudan a los actos religiosos que se celebrarán el Jueves Santo, Viernes Santo y en la vigilia Pascual en todas las parroquias de la diócesis de Barbastro – Monzón esta Semana Santa obtendrán la indulgencia plenaria concedida por el Papa.
La concesión de esta gracia se escenificó ayer en una especial ceremonia eucarística en la abarrotada Catedral de Barbastro presidida por el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y ex obispo de la Diócesis Barbastro – Monzón. Le acompañaron sus sucesores en la silla de San Ramón, Alfonso Milián, obispo emérito, y el actual prelado Ángel Pérez.
Con esta eucaristía, a la que precedió la procesión que conmemoraba el 75 aniversario de la bendición y salida por primera vez después de la Guerra Civil del paso del Santo Sepulcro, se iniciaba el Año Jubileo Extraordinario que el Papa ha concedido a la petición realizada por la junta coordinadora de cofradías con motivo de la celebración del 400 aniversario de la primera salida de la procesión del Santo Entierro (1619).
El obispo Ángel Pérez ha hecho extensible esta gracia a toda la diócesis para que sirva de revulsivo de la fe cristiana en este territorio y fomente la misericordia entre todos los fieles.
Para conseguir la indulgencia plena además de asistir a estos oficios, los fieles deberán confesarse y pedir por el Papa Francisco I.
La jornada de religiosidad popular vivida ayer en Barbastro congregó a numerosos asistentes tanto en La Seo como en las calles para presenciar la especial procesión que conmemoraba el 75 aniversario del resurgir de la Semana Santa barastrense tras la Guerra Civil.
La procesión salía de la iglesia de San Francisco pasadas las 10.00 tras la oración. Escoltada por las secciones de instrumentos de la cofradía y de su homóloga en Monzón, así como de todos los hermanos mayores de las cofradías, de varios sacerdotes y de los tres obispos recorría el centro de Barbastro para llegar a la Catedral pasadas las 12.00.
En su homilía el purpurado Omella ha animado a vivir el espíritu cofrade no sólo entre las cofradías si no en comunidad. «Cofrade significa vivir con fraternidad. Las cofradías son un instrumento precioso que nos lleva a la memoria de Jesús y su amor. Pero ¿cómo vivimos esa fraternidad? La fraternidad es olvidarse del tú y pensar en el otro», afirmó.
Durante la ceremonia religiosa, cantada por la Coral Barbitanya, miembros de la cofradía del Santo Sepulcro entregaron un manto bordado para la virgen del Pilar. Y como broche de oro se realizó un homenaje a los hermanos mayores vivos de todas las cofradías.
Omella se congratuló de volver a estar en Barbastro «por renovar nuestro compromiso cristiano y para expresar la fraternidad que ofrecen las cofradías y la iglesia en estos tiempos tan convulsos».
El arzobispo de Barcelona ha valorado la imagen que proyecta el actual obispo de Barbastro – Monzón, Ángel Pérez, «que es un buen motory proyecta mucha vida» y también el papel de los seglares «para que la vida cristiana de esta diócesis siga adelante. Hay vida gracias al jefe de orquesta pero también porque la orquesta responde».
Sobre la recuperación de los bienes de arte sacro que se encuentran en el Museo de Lérida, el turolense arzobispo de Barcelona, es «optimista. No hay que perder la esperanza porque la Iglesia es como el ave Fenix que resurge siempre. Después de 2.000 años la Iglesia tiene mucha experiencia de altos y bajos y Barbastro lo sabe también por su historia. Estamos en un momento de bajada pero ya empezamos a remontar».
En cuanto a su actividad pastoral en Barcelona, Omella se siente como un padre «que se adapta a cada uno de sus hijos con sus formas distintas de ser. Ser cardenal es servir con amor. Lo importante es trabajar. Soy un servidor de la Iglesia colaborando estrechamente con el Papa. Servir siempre cuesta aunque luego te trae satisfacciones».
Y ante los rumores de traslados que sitúan a Omella en Toledo y a Pérez en Tarragona, el purpurado aseguró que a los periodistas «os gustan mucho jugar a las quinielas pero no acertáis casi nunca. Dios dirá el resultado y la Santa Sede. Quien lo sabe es el Papá y el Espíritu Santo y no suelen hablar mucho».
Pedro de Ruesta
Previamente a esta eucaristía que marca el inicio del Jubileo, Barbastro inició un programa de actos culturales con conciertos como el celebrado ayer a cargo de las corales Barbitanya y la Orquesta de Cámara de Huesca al que asistieron cerca de un millar de personas.
El jueves se descubrió un monolito en memoria de Pedro de Ruesta, arquitecto, escultor y prior de la cofradía de la Vera Cruz, impulsor de la procesión del Santo Entierro en 1619.