La secretaria de Igualdad del PSOE, ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática y vicepresidenta primera del Gobierno de España, Carmen Calvo, lleva meses provocando y apropiándose de la causa feminista. Recientemente, durante la presentación de la Escuela de Pensamiento Feminista Elena Arnedo, Calvo llegó a afirmar auténticas barbaridades como que la derecha ve el feminismo “con un pin neandertal” que defiende que el cuerpo de la mujer “es el que puede ser vendido, comprado, alquilado y asesinado”. Asimismo, aseguró que el “viejo fantasma del fascismo” quiere imponer sus ideas para “mantener la unidad de España” y creen que “estamos desmontando España, cuando solo queremos nuestros derechos y libertades”.
Ya el pasado mes de julio la vicepresidenta del Gobierno afirmó lo siguiente: “El feminismo es de todas, no bonita, no bonita, nos lo hemos currado en la genealogía del pensamiento progresista, del pensamiento socialista”. También señaló que “el feminismo tiene un lado organizado en el partido y en las instituciones cuando gobernamos”. Calvo hizo estas manifestaciones el 15 de julio del año pasado durante su intervención en una conferencia del ciclo de “Diálogos 140 aniversario”, organizado por la Fundación Pablo Iglesias y el PSOE. Un día después se reafirmó en sus declaraciones: “Soy feminista desde que tengo 15 años. Nunca he ido a una manifestación con mujeres de la derecha”.
Así pues, la vicepresidenta del Gobierno ya limita de manera totalmente sectaria, al menos, al 50% de mujeres y hombres el ser feministas. Pero es que, además, las afirmaciones de Carmen Calvo no son ciertas. O ¿es que no recuerda que Victoria Kent (Conjunción republicano-socialista –coalición de partidos republicanos y el PSOE) y Margarita Nelken (Partido Socialista Obrero Español) se opusieron al sufragio femenino en 1931? Victoria Kent votó en contra, Margarita Nelken no llegó a votar porque cuando se realizó la votación, 1 de octubre de 1931, todavía no era diputada. Otros diputados del PSOE como Indalecio Prieto decidieron no votar.
El pasado 1 de febrero, en la ya mencionada inauguración de la Escuela de Pensamiento Feminista Elena Arnedo, Carmen Calvo animó a “volver a ser radicales de la igualdad” y a “respetar la libertad de todo el mundo y reclamar la igualdad para todo el mundo”, “ante ellos y sus acólitos: el PP y lo que queda de Ciudadanos”. De nuevo la dirigente del PSOE volvió a olvidar que las primeras mujeres en ocupar las presidencias del Senado y del Congreso no fueron socialistas, sino de “la derecha”, esa misma a la que el pasado 15 de julio acusó de volver a “poner el tiro” en el feminismo. La primera mujer presidenta del Senado fue Esperanza Aguirre (Partido Popular) en 1999 y, la primera mujer presidenta del Congreso de los Diputados fue Luisa Fernanda Rudi (PP) en 2000. Pero es que incluso, en los 141 años de historia del Partido Socialista Obrero Español aún no ha habido una mujer liderando esta formación política y, sin embargo, en “lo que queda de Ciudadanos” –como refirió la propia Carmen Calvo- Inés Arrimadas es, de facto, la líder o lideresa de la formación naranja. El Centro Democrático y Social (CDS), partido fundado por Adolfo Suárez, también llegó a ser presidido por una mujer, María Teresa Gómez-Limón. Otra mujer, Eva Borox, igualmente presidió el Centro Democrático Liberal (CDL). Así que, señora Calvo, ¿qué nos está contando? Por cierto, tampoco en el sindicato afín al PSOE, UGT, ha habido nunca una mujer dirigiéndolo.
Y nos acercamos al 8 de marzo, celebración del Día Internacional de la Mujer, a pesar de algunos sectores de la extrema izquierda que pretenden reventar las reivindicaciones de ese día bajo el paraguas de reclamaciones y demandas tan variopintas y extravagantes como las de la Coordinadora Feminista 8M, que en su cuenta oficial de Twitter anima a secundar una “Huelga General Feminista el 8 y 9 de marzo” con el siguiente epígrafe: “Por una huelga general plurinacional, antirracista, transgeneracional, disidente y transfeminista, lesbofeminista, inclusiva, anticarcelaria e internacionalista”. Lo que más me llama la atención es lo de una “Huelga anticarcelaria”; sinceramente, no sé a qué se refiere. El 8 de marzo debe ser una jornada que una a toda la ciudadanía para exigir la igualdad real entre mujeres y hombres y, con el objetivo final, de que llegue un día en que solo sea una efeméride conmemorativa porque esa igualdad total sea ya una realidad.
Por cierto, ¿dónde han quedado los llamamientos de la Comisión 8-M a la “huelga feminista estatal” de los dos últimos años? En 2020 no habrá una “huelga feminista estatal” porque no existe unanimidad entre los colectivos convocantes. Curiosamente, este cambio de posicionamiento coincide con la llegada al Gobierno de coalición de Unidas Podemos.
Finalmente y, a modo de colofón, vayan desde estas líneas mi total admiración y mis mayores consideraciones y agradecimientos a todas las mujeres de todas las épocas. ¡Feliz 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer!