El pasado 18 de mayo, La Casa de Aragón en Madrid dentro de la Tertulia Segundo de Chomón dedicada al cine y el audiovisual que tengo el placer de dirigir, tuvimos el honor de recibir al nieto del gran etnógrafo aragonés Ricardo Compairé, para ofrecernos una “charrada” sobre su abuelo, su vida, sus fotografías y su recuerdo.
Tras unas breves palabras de salutación en aragonés, Enrique Chabier Compairé nos presentó el interesante documental Memorias de una mirada. Ricardo Compairé, 1883-1965, dirigido por Eduardo de la Cruz, con guion del propio director en colaboración con Marta Ruiz y Enrique Carbó. Producido en colaboración entre la Fototeca de la Diputación Provincial de Huesca y la productora Donde van las Nubes, con la voz en un tono nostálgico del gran actor Manuel Galiana, que se disculpó por no poder venir, pudimos asistir al mágico pase de imágenes de principios del siglo pasado, una época y unas gentes, que Compairé sabia que pronto serían cosa del pasado, como así fue.
Proyección Enrique Chabier Compairé
Nos deleitó con algunas anécdotas de la vida de su abuelo, con sus recuerdos y vivencias personales, que en más de una ocasión emocionaron al conferenciante y al publico asistente. Nos contó como su abuelo había reunido una colección de 4.400 fotografías, tras romper los originales de cristal, que tenia que ir a comprar a París, cuando el resultado no era de su agrado. Además, trajo algunos álbumes para que la gente pudiera ver y ojear de cerca su trabajo y tuvo el detalle de regalar una pequeña selección de su fotos mas famosas a todos los asistentes. Mientras, en la pantalla se proyectaba una pequeña selección de sus aclamadas fotografías del Aragón de principios del siglo pasado. Al finalizar su exposición y tras un largo aplauso de los asistentes, se inició un animado coloquio con numerosas intervenciones del publico que compartieron también vivencias suyas o de sus familiares.
Al terminar, se continuó la tertulia mientras se degustaba un Vino con productos aragoneses de la tienda de Julian Mairal, recientemente establecida en Madrid.
En definitiva, una magnifica velada plena de emociones y recuerdos, pero sobre todo inolvidable, por conocer de primera mano el increíble trabajo y empeño de un hombre que dejo para el recuerdo de todos los aragoneses, un legado de valor incalculable, que muestra el viejo Aragón y sus gentes.